Héctor Zúñiga, socio fundador y ex rector de la UDM:
“Lo que hicimos fue generar oportunidades de movilidad social”
30.07.2012
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Héctor Zúñiga, socio fundador y ex rector de la UDM:
30.07.2012
Usted ha declarado públicamente que ya no es controlador de la Universidad del Mar. ¿Quiere decir eso que vendió las sociedades con que participaba en la Corporación (Centro de estudios de negocios Ltda. y Menzu Inmobiliaria e Inversiones Ltda.)?
Efectivamente no soy parte del grupo controlador de la Universidad desde el año pasado, pero no porque haya vendido las sociedades que indica. A mayor abundamiento, puede investigar en el Registro de Comercio y corroborar que tales sociedades no se han vendido.
Entonces, ¿cómo es que dejó de ser controlador de la Universidad del Mar?
Simplemente por renuncia voluntaria de tales sociedades a su calidad de socias como está previsto en los estatutos.
¿Tenemos que entender que usted renunció al control de una universidad que tiene un activo de más de $50.000 millones sin recibir nada a cambio?
Insisto. No ha habido beneficios.
Nos han dicho que el señor Sergio Vera se vio beneficiado con su salida pues adquirió el control que usted cedió. ¿Es eso efectivo?
A mi retiro quedaron menos socios en la Universidad como en cualquier Corporación sin fines de lucro en que no hay acciones a traspasar.
Hoy la universidad tiene cerca de $50 mil millones en documentos por cobrar de créditos internos entregados a alumnos. ¿Cómo se generó esa deuda?
No es una deuda sino un activo de la universidad .Tales $50.000 millones o bastante más, son los verdaderos “desvíos” de fondos que generaron las dificultades financieras agravadas con la sicosis, corridas bancarias y morosidad cercana a 50% generada por el desprestigio mediático de los interesados en destruir la Universidad y no los arriendos pagados a Inmobiliarias.
¿Qué entidad daba el crédito a los alumnos y qué intereses tenían esos créditos?
Los préstamos se hicieron siempre con los fondos de la propia universidad proveniente de economías en gestión eficiente, baja publicidad, cero gastos de representación y lobby y altísima productividad de sus comprometidos trabajadores que en un 80% eran multipropósito. Ninguna empresa externa se benefició con pago de intereses. Los alumnos pactaban pago a larguísimo plazo. $ 27.000 millones se prestaron a cero interés y el resto siempre cercano al crédito de las universidades tradicionales.
Hoy se investiga a Eugenio Díaz, ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), a raíz de un contrato que firmó con usted, para que ayudara a acreditar la universidad. Este contrato ha despertado unánime rechazo desde el ministro de educación hasta el propio ex rector de la UDM Raúl Urrutia. La fiscalía habla de cohecho. ¿Cómo explica usted ese contrato, tan cerca de la acreditación que consiguieron en 2010?
El contrato no es simulado. Los pagos hechos respondieron a merecidos servicios recibidos. Las actividades de Eugenio Díaz no se hicieron a escondidas sino a la vista de cientos de académicos. Sus informes fueron periódicos y de amplia difusión, muchos de ellos mostrando su decepción frente a la posibilidad de subir la acreditación a 4 años. La proximidad de la fecha del contrato se explica porque inmediatamente después del resultado de la acreditación me reuní con él en un café, como ocurrió cada vez que se tomo un acuerdo en la CNA respecto a nosotros y como supongo lo hacían muchas universidades privadas que lo habíamos elegido, para explicarme en qué habíamos sido objetados y recomendarme estrategias de superación. Así mismo lo hicimos cuando no nos dieron la acreditación. Lo nuevo en esta oportunidad fue conocer que el acuerdo había sido por unanimidad positivo, que las acciones a realizar para conseguir cuatro años eran acreditar más carreras e idealmente el área de “vinculación con el medio” y además me contó que había terminado su contrato con la Andrés Bello y estaba libre para asesorarnos en estas materias, pero necesitaba antes de salir de vacaciones, cerrar con alguna institución. Obviamente me apresuré a cerrar el compromiso antes que lo hiciera con otra, dado que conocía de sus competencias, de la claridad respecto a lo que había que hacer y la escaza disponibilidad de asesores competentes y actualizados como él. No podía dejar pasar tal oportunidad para esta universidad tan vapuleada y que nunca antes había sido observada como posible sujeto de asesoría.
¿Consultó la contratación de Eugenio Díaz con otros socios? ¿O tomó la decisión solo?
Yo era el Rector Nacional, la máxima autoridad unipersonal de la Universidad. Las decisiones no se tomaban en conjunto con los socios, sino que como rector tenía el encargo de la Junta Directiva de obtener la acreditación de la Universidad, luego me correspondía dar cuenta a ella y así lo hice. Incluso conocieron de Informes de Eugenio Díaz. La decisión la discutí con los Vicerrectores.
¿No le pareció que había un reparo ético al pagarle a alguien que tiene la obligación de ser ecuánime frente a su institución?
Reparos de ninguna manera pues en la CNA, siempre hubo al menos cinco personeros que eran pagados por Instituciones de Educación Superior. Obviamente ellos se inhabilitaban, como señala la Ley, al momento de tratar la acreditación de aquellas. Ecuanimidad es lo menos que uno podría encontrar en las votaciones de los acuerdos de la CNA, pues siempre los aspectos subjetivos primaron. Incluso declaraban que aún cuando el “informe de pares evaluadores”, que eran los técnicos que visitaban y se formaban un juicio de realidad, recomendara la “acreditación” la CNA podía denegarla, como ocurrió con nuestra Universidad en el Acuerdo de 2007.
Más de 100 estudiantes se han querellado por estafa contra la Universidad. ¿Qué puede decirles desde su posición de ex rector y ex controlador de la universidad?
Que es legítimo que cuiden sus intereses, que existen situaciones objetivas de perjuicios que los han afectado, pero su causa no está en irresponsabilidad, descuido ni malos manejos de aquellos a quienes están apuntando que más que nada lo que hicieron fue generar oportunidades de movilidad social, sino que tienen su origen en la generación de un círculo no virtuoso de situaciones cuya verdad pronto se conocerá y que ojalá no tan tarde como para la recuperación. La recuperación era absolutamente posible al momento que yo me retiré si los alumnos se hubieren puesto al día de la morosidad cercana al 50 % motivada por las desconfianzas en nuestro proyecto y perturbaciones orquestadas por interesados en destruirlo. A los alumnos les diría que, pase lo que pase, si han permanecido más de dos años en esta universidad, es porque son personas de esfuerzo que siguen nuestro lema “ Ad augusta per angusta” , y estoy seguro superarán las dificultades frente a las cuales hoy todo se ve negro.
“Eugenio Díaz me contó que había terminado su contrato con la Andrés Bello y estaba libre para asesorarnos en estas materias, pero necesitaba antes de salir de vacaciones, cerrar con alguna institución. Obviamente me apresuré a cerrar el compromiso antes que lo hiciera con otra”.
Queremos aclarar un episodio que ocurrió en la sede de la UDM de Iquique entre la inmobiliaria Doña Teresa (de la que usted es socio) y la Universidad. En 2006 Doña Teresa –que es la propietaria del inmueble de Iquique- subió el arriendo que le cobraba a la UDM de UF 1.000 UF a 1.700. Daniel Greenhill, que era rector de esa sede, aceptó el alza. Y usted también, como rector nacional. ¿Por qué aceptaron ese aumento?
La universidad manejaba descentralizadamente más de 40 contratos de arriendo, 100 Contratos de Servicios mayores, 1100 contratos de trabajo, 5.000 contratos de honorarios. No correspondía al rector nacional conocer de tales alzas. La justificación conocida con posterioridad es el haberse construido una ampliación de la edificación y haberse hecho ajustes de los precios de mercado.
¿Estaban habilitados para tomar una decisión que cautelara los intereses de la universidad si tanto usted como Greenhill eran socios de Doña Teresa, (situación en la que también estaba Raúl Baeza)?
La firma de las modificaciones de los contratos de arriendo fue objetada por el suscrito en defensa de la universidad en el juicio de cobro de arriendos, no obstante el tribunal sentenció que, sin dar mérito al documento firmado, el Contrato mismo se había perfeccionado con el consentimiento en la no objeción de las facturas.
La universidad dejó de pagar el arriendo por Iquique y durante 2008 Doña Teresa demandó por arriendos morosos. Logró embargar las cuentas y pagarse. ¿En qué beneficio a la universidad el que usted haya sido socio de Doña Teresa?
Sin la inmobiliaria y nuestra participación la sede habría sido lo que en ese tiempo se criticaba “Universidades de tiza y pizarrón”
Doña Teresa también hacía de intermediaria en el arriendo de la sede de Calama. Cobraba a la universidad cerca de $10 millones y a su vez pagaba poco más de $2 millones al verdadero dueño. ¿Qué servicios prestaba Doña Teresa a la Universidad que justifique el pago de $ 8 millones?
En diversos casos las inmobiliarias realizaron cuantiosas construcciones en terrenos arrendados. Tal fue el caso de Calama, que justificaba un sub arriendo por un plazo. Me parece si que, sin desconocer el sobrearriendo, las cifras mencionadas no se ajustan a la realidad.
¿Hay sociedades que no están vinculadas con la Universidad del Mar?
Sí. Son las que arriendan las sedes Arica, Antofagasta, Copiapó, Quillota, Santiago y 3 de Maipú.
¿De qué nivel son los beneficios que usted ha recibido por su participación en Doña Teresa?
Nunca he recibido un dividendo.
¿Puede explicar por qué? ¿Se debe a que todas las utilidades de Doña Teresa se invierten en el Fondo de Inversión Placeres (FIP Placeres) y desde ahí se traspasan a Inversiones del Mar, tal como ocurrió con las utilidades de Inmobiliaria del Mar?
No se ha recibido dividendos porque la Universidad dejó de pagar arriendos, como ocurrió también en Inmobiliaria de La Serena. Doña Teresa no ha invertido en el FIP Placeres.
¿Las utilidades generadas en el FIP Placeres proceden sólo de inmobiliarias y sociedades que tienen contratos con la Universidad del Mar?
No, las utilidades generadas en el FIP, provienen del negocio de construcción y venta de tres edificios en el Cerro Placeres.
¿Nos puede explicar en qué consiste la venta de la participación que Inmobiliaria del Mar tenía en el FIP Placeres?
El FIP Placeres fue un emprendimiento inmobiliario exitoso, que evidencia las capacidades y visión de los gestores de la UDM, mismas que también se emplearon con mucho éxito en la creación de un patrimonio universitario separado, sin dueños, tres veces mayor que el de las inmobiliarias que se cuestiona. Consistió en la inversión trasparente y sin misterio en el formato de sociedad establecido en nuestra legislación como “Asociación en cuentas en participación”, cuando los inversionistas delegan la gestión de un emprendimiento en un gestor experto quien asume la obligación de dar cuenta económica de los resultados. La venta de derechos de Inmobiliaria del Mar al gestor empresario de la construcción correspondió a un acuerdo de valoración anticipada y pago a suma alzada de la liquidación que el socio gestor debía rendir al término de la asociación en cuentas en participación constituida para la construcción y venta de las “Torres del Cerro Placeres”.