Apoderados apelan a Corte Suprema para evitar que Legionarios de Cristo cierren el Instituto Zambrano
20.01.2012
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20.01.2012
Alejandro Roco y Marcela Rojas son apoderados del Instituto Zambrano y en la siguiente “Opinión del lector” señalan que ese colegio católico, con 107 años de historia, estaría a punto de cerrar sus puertas. Ambos indican que la decisión de cerrar el establecimiento fue adoptada por la congregación de los Legionarios de Cristo, sin informar adecuadamente ni a los padres ni a los alumnos. Ellos se oponen al cierre y por ello se reunieron con representantes del Arzobispado de Santiago en agosto y presentaron un recurso de protección en octubre para evitar la clausura. El arzobispado sólo les ofreció cambiar a los alumnos a otros colegios católicos de la comuna de Santiago y la acción legal fue rechazada la semana pasada. Pero, según cuentan, el Consejo General de Padres y Apoderados del Instituto Zambrano apeló ante la Corte Suprema el 17 de enero de este año.
El Instituto Zambrano es un colegio con 107 años de historia y desde 1983 es patrocinado por los Legionarios de Cristo, congregación que ingresó a Chile hace ya 30 años, aproximadamente, con la aprobación del Arzobispado de Santiago. A fines del primer semestre del año pasado se nos comunicó que el colegio se trasladaría a Maipú. Desde que entramos al colegio, en 2007, se hablaba de ese cambio. Pasaría a ser un colegio nuevo, se nos dijo, se le cambiaría el nombre a Colegio Zambrano y en 2012 trasladarían a Maipú a pre kínder, kínder, primero y segundo básico. En 2013 el cambio consideraría de tercero a octavo básico. Pero, ¿qué pasaría con los otros alumnos?
A la vuelta de las vacaciones de invierno esa versión cambió a que el colegio se cerraría por problemas económicos, en circunstancias, que hace ya tres años que no se aceptan matrículas y sólo hay un curso por nivel, cada uno con diez alumnos. El director del Instituto Zambrano, Héctor Quiroz Espinoza, de quien nos enteramos que es funcionario administrativo de la Universidad Finis Terrae (también vinculada a los Legionarios de Cristo) se ha hecho el desentendido. El rector no recibió nuevos alumnos desde 2006. En el colegio ponían un letrero indicando que recibían alumnos, se presentaban 100, 150, y ellos dejaban sólo cinco, seis ó siete. A nuestro juicio, el argumento de que tienen pocos alumnos y que con la situación económica no se pueden sostener, es sólo una excusa.
El Centro General de Padres y Apoderados tuvo algunas reuniones con personeros del Arzobispado, donde conversamos con el vicario para la Educación, Tomás Schertz, y en otras con el representante de los Legionarios de Cristo, Alfredo Márquez. Nunca nos pudimos reunir con ambos a la vez. En esas entrevistas nos pidieron que se terminara con una toma que había en el colegio en protesta por el cierre y que sólo en ese caso conversaríamos. En estos encuentros nunca estuvo el arzobispo Ricardo Ezzati. Él sabe lo que está pasando, pero no ha asistido a reuniones con nosotros ni ha firmado nada. Nunca ha dado la cara.
A principios de octubre el Centro General de Padres y Apoderados presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones. El 23 de diciembre fue el alegato de las tres partes: el Centro General de Padres y Apoderados, los Legionarios de Cristo y el Arzobispado. Este recurso debía ser respondido el 5 de noviembre, de acuerdo a la ley. Pero la respuesta tardó: finalmente fue rechazado el 12 de enero de este año. El fallo fue favorable al arzobispado. El problema es que no tiene respuesta ni fundamentos de por qué no fue acogido por la justicia. Es por este motivo que el 17 de enero presentamos una apelación ante la Corte Suprema.
La única solución que nos ha ofrecido el arzobispado es trasladar a nuestros hijos al Instituto Luis Campino, al Colegio Sagrados Corazones (Alameda) y al Liceo Ruiz Tagle, todos colegios del arzobispado. El administrador de bienes del Arzobispado de Santiago, Julio Poblete, nos dijo, a nombre del vicario para la Educación que nos quedáramos tranquilos, que pusiéramos a nuestros hijos en cualquier colegio del arzobispado y que se mantendría el precio de la mensualidad que pagábamos en el Instituto Zambrano.
Después nos enteramos que sólo por un año, durante 2012, se nos cobraría la misma mensualidad que pagábamos en el Instituto Zambrano y que a contar de 2013 empezaríamos a pagar el valor normal de esos colegios. Además, los tres establecimientos que nos ofrecieron como alternativa tienen cuota de incorporación. Quisimos que el arzobispado pusiera todo por escrito, para que el compromiso de que las mensualidades se mantendrían no cambiara, pero no estuvieron de acuerdo. Dijeron que confiáramos en su palabra.
El 17 de enero, fuimos al colegio, ya que sólo cancelamos la mensualidad hasta el mes de julio, y nos informó la secretaria del colegio que el arzobispado solicitó la cancelación inmediata de toda la deuda, porque el cierre del colegio, inicialmente programado para fines de febrero, se había adelantado para este mes. Nos preguntamos dónde está la caridad de la Iglesia Católica y la misión de ayudar a la comunidad. Nosotros dejamos de pagar porque nuestro hijo, que va en tercero básico, no terminó la malla este año. Llegaron con las materias hasta septiembre. Después se relajaron. No hubo un término en regla. Vamos a tener que contratar un profesor particular para que lo nivele.
Nosotros no vamos a pagarle al arzobispado, porque con la persona que tenemos la deuda es otro acreedor: los Legionarios de Cristo. Yo no me conformo con la muerte de 107 años de historia, yo destaco mucho la sencillez de la gente que trabaja en el colegio. Ellos le entregaron valores a mi hijo Joaquín (9 años) y me frustra que el colegio se cierre por una mala administración. Confío en la apelación que presentó el Presidente del Centro General de Estudiantes, Víctor Moreno, esta semana. Incluso hemos buscado posibles sostenedores para que el arzobispado resuelva que va a suceder con el Instituto Zambrano.