Disidentes de la UDI: “Exijamos el derecho a elegir directamente a las autoridades del partido”
29.12.2011
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29.12.2011
Todos los hombres somos libres e iguales en dignidad y derechos. Sin embargo, somos muchos, y tal vez miles, los que hemos podido comprobar dolorosamente que este principio ético fundacional y trascendente que consagró y plasmó nuestro fundador, Jaime Guzmán, en la carta fundamental, ha sido ignorado especialmente para aquellos que por mucho tiempo han intentado, a veces infructuosamente, abrir los espacios de participación democrática para expresar lo que sentimos y pensamos sobre la conducción de nuestro partido, a pesar de no pertenecer a aquel grupo de los que se han enquistado eternamente en los privilegios del poder.
Queremos expresar a los militantes que este partido tiene a lo largo de todo el país que sí tenemos derecho a exigir los espacios de participación que nos pertenecen y que nos hemos ganado para influir en las decisiones que afectan la conducción del gremialismo, con espíritu crítico, constructivo y a veces disonante, pero representativo de aquellas minorías silenciosas que exigen su derecho a ser escuchados.
“Son pocos los que nos han permitido expresar nuestro disenso respecto de aquellos que siempre han impuesto su pensamiento bajo la falacia de los consensos inconsultos y excluyentes, en el que participan los mismos de siempre”
Somos unos pocos los que hemos decidido, ya hace algún tiempo, sin temor a las persecuciones y castigos, expresar respetuosamente pero con firmeza nuestro pensamiento frente a las decisiones de los que piensan que están ungidos y santificados. Esta hermosa pero tortuosa cruzada tuvo su inicio en 2009 con la denominada “Lista Popular y Regionalista UDI” en las elecciones internas del partido, la cual declinó equívocamente a favor de la lista perdedora. Luego, le siguió una reclamación electoral ante el Tribunal Electoral Regional, denunciando el llamado “golpe blanco” por las decisiones y elecciones inconsultas que se realizaron en el Consejo Directivo Ampliado, los días 10 y 11 de junio de 2011 en las Termas de Cauquenes, y que significaron la renuncia de los vicepresidentes en ejercicio y la incorporación de los ex presidentes a la mesa directiva nacional del partido. Esta osadía imperdonable culminó con una histórica encuesta que se hizo a los militantes del gremialismo, a quienes por primera vez se les preguntaba lo que pensaban y sentían.
La falta de impugnación de este presunto acto eleccionario que se hizo entre algunos pocos, constituía un nefasto y oprobioso precedente para las futuras mesas directivas nacionales electas por el Consejo General y, especialmente, sería un pésimo ejemplo para las nuevas generaciones de este partido.
Sabíamos que este acto de libertad de expresión y pensamiento más temprano que tarde sería elevado a la categoría de pecado capital. Así fue. En este mes de espiritualidad y recogimiento, en el que nació aquel que vino a evangelizar nuestros espíritus, los supremos de la UDI decidieron iniciar un procedimiento disciplinario en contra de un grupo de militantes y dirigentes de la UDI que solo aspiraban, por medio de su legítimo derecho de expresión, a fortalecer la democracia interna de su partido y evitar que en el futuro algunos de los “elegidos” tengan la tentación de repetir incansablemente estos escenarios abruptos e irreflexivos que comprometen el prestigio y la imagen pública de todos aquellos que formamos parte de esta colectividad gremialista.
Para los supremos de la UDI las causas que motivarían este procedimiento disciplinario, que puede llegar a la expulsión de los militantes denunciados, se sustentan en el hecho de que éstos habrían tachado de ilegítimos los acuerdos que se adoptaron el 11 de junio de 2011 por el Consejo Directivo Ampliado de la UDI en las Termas de Cauquenes, en el cual se produjeron las renuncias de los vicepresidentes de la mesa directiva y la inmediata designación de sus nuevos integrantes, sin haber mediado previamente elecciones internas ante el Consejo General del partido.
“Detengamos la sillita musical y exijamos el derecho a elegir directamente a todas las autoridades del partido, privilegiando los caminos democráticos y no permitiendo que se siga postergando este derecho humano fundamental que aún no hemos podido conquistar después de 28 años de historia política”
Es un imperativo moral ejercer nuestro legítimo derecho a defensa en todas las etapas de este procedimiento para intentar desvirtuar cada una de las imputaciones formuladas por los sentenciadores. Sin embargo, queremos que estén preparados aquellos que llevaremos al estrado como testigos presenciales de los hechos políticos que se investigan, para que digan la verdad y nada más que la verdad, ya que sus altas investiduras así lo exigen y los militantes así lo demandarán.
Son pocos los que nos han permitido expresar nuestro disenso respecto de aquellos que siempre han impuesto su pensamiento bajo la falacia de los consensos inconsultos y excluyentes, en el que participan los mismos de siempre.
Tenemos la íntima convicción de que los partidos en general, y la UDI en particular, se nutren y rejuvenecen con la participación activa de sus militantes. Ese derecho humano fundamental jamás se ha reconocido en el gremialismo, ya que son muy pocos los que se atreven a decir lo que piensan y muchos más los que se contentan y conforman con un cómplice silencio.
Hacemos un llamado agónico y suplicante a todos los militantes de la UDI para que detengamos de una vez por todas el juego de la “sillita musical” y exijamos el derecho a elegir directamente a todas las autoridades del partido, privilegiando los caminos democráticos y no permitiendo que se siga postergando este derecho humano fundamental que aún no hemos podido conquistar después de 28 años de historia política sirviendo a Chile y a los que más necesitan.
Este juzgamiento impropio e injustificado, anónimo, sin rostro ni identidad, solo pretende silenciar a algunos pocos e inhabilitar a otros que pretenden competir democráticamente en las próximas elecciones de la directiva nacional del partido.
Gremialistas todos, a pesar de esta descarnada, beligerante e injusta persecución política, no renunciaremos a seguir luchando incansablemente para que se reconozca el derecho que tienen todos los militantes de la UDI y no solo unos pocos, a elegir directamente a las autoridades que nos representen, todo ello, para que algún día nos reconozcamos iguales en dignidad y derechos.
Por una UDI mas inclusiva, mas democrática y auténticamente popular.
(*) Pablo Jofré Rivano es presidente de la Fundación Simón Yévenes, Raúl Meza Rodríguez es secretario general de la Fundación Simón Yévenes, Raúl Martínez Guzmán es consejero nacional de la UDI y Juan Pablo Eterovic es consejero nacional de la UDI.