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Comentarios (14)

Jaime Díaz R. | 19.08.2013
Excelente, claro y certero. Pero en 20 años de concertación ¿qué se hizo al respecto?. En ese período se profundizó el sistema libre mercadista.
teo | 10.02.2012
Sr. Pizarro Los gobiernos y los Estados son una construcción de los mismos ciudadanos para vivir mejor y en comunidad.  Por otra parte, los gobiernos los eligen los ciudadanos democráticamente en elecciones libres donde se conoce el propósito general de los candidatos.  En consecuencia, es extraño que Usted haga ver que el Estado es perverso en perseguir a los jóvenes. Se equivoca rotundamente en su análisis. Sin estado  y sin gobierno, la vida sería una anarquía total, donde el crimen prevalecería. Por lo tanto, me parece que induce Usted totalmente a error en su opinión.  Diferente es que las autoridades de los gobiernos no desarrollen las mejores políticas en educación, justicia, desarrollo, etc. Pero lo mismo se puede decir de las familias que no se responsabilizan adecuadamente de sus hijos. Y lo mismo se puede decir de los jóvenes que no asumen su cuota de responsabilidad. Porque creer que la clave para el desarrollo personal y para evitar caer en la delincuencia está en lo que haga el Estado o un tercero, es negar la propia esencia de la libertad y el libre albedrío humanos. Cada uno toma sus decisiones. Y si uno observa la población, ¿que porcentaje está en las cárceles? No lo sé. Pero digamos que sea el 1% de los chilenos, es decir, aprox 170.000 personas que delinquen. Si desea aumentemos la cuota al triple, una exageracion, es decir 540.000 chilenos delincuentes. Entonces Sr Pizarro, siguiendo su razonamiento, el Estado que usted critica ha sido sumamente exitoso porque permite que el 97% de los chilenos sean honestos, honrados, trabajadores y responsables de sus actos. No creo que sea así. Es decir, si un 97%, 98% o 99% de los chilenos no roban, es porque se hacen responsables de su vida. Es por decisión propia. No tiene que ver con el nivel de vida social o económico que uno tenga. Ese porcentaje de delincuentes está en todos los niveles de la sociedad. Y la bondad y la rectitud también está en todos los niveles sociales. Sugiero que mejoremos con nuestros actos la vida en la comunidad, pero no ataquemos al Estado que nos une.
Antonio Castel | 27.12.2010
Muy buena columna, señor Pizarro, pero hay algo contradictorio -al menos en apariencia- en ella: Usted formó parte del mismo Estado castigador que hoy critica.
Eduardo | 18.12.2010
De que estado se puede hablar en este país, si esta reducido a una minima expreción, en beneficio de una minoria de titereteros. El problema que existe en la juventud hoy, es producto de la falta de preocupación de quienes los engendrarón, nunca les dedicarón una buena calidad de tiempo, sus responsabilidades que pudierón ser de padres las dejaron en manos de otros y en cuanto a la educación que comienza en el hogar jamas le dedicarón tiempo, hoy por hoy, la juventud no sabe ni tomar una cuchara correctamente en una mesa, esto es en todos los estratos sociales y no culpa de los gobiernos. A los gobiernos les combiene este tipo de seres, productos de un momento de deseo y fornicación, sin ningun tipo de responsabilidades, por lo tanto florese una juventud sin muchos afectos,educación en todo sentido e incultos, que queda a merced de los titereteros, que les crean cualquier cantidades de necesidades superfulas, para suplir aquellas que jamas recibieron de quienes los procrearón. El rol del mini estado del país Chile, que seria velar por sus ciudadanos esta a la altura del ulpo.
Nora María Kaufmann | 15.12.2010
Completamente de acuerdo con su artículo pero tenemos posibilidades de defendernos y hay que empezar por algo: Más dañino que una revolución, para el Estado y sus asociados, sería un boicot generalizado y permanente. Gastar el mínimo y no endeudarse con viajes y lujos. Pensar que no importa el “que dirán” si no vivo como los ricos y así las mujeres se quedan en su casa preocupadas de sus hijos. Si un hogar es limpio y organizado no necesita cachureos que se compran porque “estaba en oferta” con la tarjeta, ni piensa que paga el doble. Cuidar los uniformes, zapatos y útiles de los niños para no comprar demás, hasta los cuadernos debieran usarse hasta que se terminan. Economía de guerra y saldremos a flote. Al boicot le temen más que a un balazo. Las redes sociales tienen la palabra, comenzar un boicot permanente de ahorro tendría mejores resultados que una revolución donde mueren los inocentes y pierden los más pobres. Navidad es la ocasión, en los USA ya aprendieron la lección, NO COMPRAN porque la cesantía aumenta a diario. Nosotros en cambio, vivimos como las cigarras, en constante adoración al Marketing, el nuevo Dios de la tierra. Tenemos que organizarnos para darles en los bolsillos, no tenemos otra posibilidad.
Adolfo | 12.12.2010
comentario digno de la igualdad de corea del norte o de china. La culpa no la tiene el Estado, pues el Estado no puede cambiar la naturaleza humana, donde radica el problema, pues en las sociedades igualitarias tambien existen carceles, y en los casos extremos los Gulag que eran centros de re educacion, donde murieron millones de personas, pues siempre habra elementos que quieran lo que otras personas tienen y usaran la violencia y el delito como forma de obtenerlas. Lo ocurrido en la carcel no es mas que el resultado de la mentalidad de animales de los delincuentes, lo mismo que ocurrio al momento de entregar informacion o al momento de uno de los cortejos funebres, donde la violencia irracional es la forma de vida, y donde la reeducacion no es posible.
esther rodríguez | 12.12.2010
Excelente nota Sr. Pizarro. Absolutamente de acuerdo en todas sus expresiones. Ojalá la sociedad que pide mano dura con los jóvenes,(parece que los jóvenes aún no siendo delincuentes molestaran en todas partes) tomara conciencia que son: Nuestros Jóvenes, contemporáneos de una sociedad adulta que nosotros mismos mal construímos para ellos. Saludos.
Karina | 11.12.2010
Excelente artículo. Que agrado leer una exposición tan aguda y certera del problema de fondo que subyace a los hechos. Concuerdo plenamente con lo expuesto (aunque creo que hay algunos matices). El colapso del sistema carcelario es uno más de los síntomas de las contradicciones sobre las que se asienta nuestra propia forma de vida. Me parecen muy positiva también la consideración según la cuál nuestras propias valoraciones contribuyen al mal estar vigente porque es algo que uno mismo puede trabajar en la inmediatez y eso (por lo menos) ya es hacer algo para no seguir avalando lo mismo (aunque tampoco sea lo suficiente).
Pascale Rifo | 10.12.2010
Notable Señor Pizarro, agradecida.
claudio aguirre | 10.12.2010
el estado soy yo -decía Luis XIV- y hoy sigue siendo así, con la única diferencia que el estado somos nosotros mismos, aquellos que nos dejamos engañar, que nos dejamos robar, que nos dejamos seducir por mentiras y falsas palabras. el estado soy yo, y yo hago lo que quiero y lo que me place... y si lo que me place es comprar y ser estúpido, bueno, allá yo. seré estúpido porque así soy feliz. compro, compro, compro, deseo, deseo, deseo. nunca satisfecho, nunca conforme. nunca feliz. ¿Feliz Navidad? díganme eso a mí, que vivo bajo un puente comiendome lo que no alcanzaste porque te emborrachaste y no alcanzaste a terminar el foi gras. amen.
Marcelo Andres | 10.12.2010
Me parece que el tema planteado merece un análisis más microscópico para evitar en las miradas maniqueístas. Cierto es que el Estado tiene responsabilidades sociales que en el Chile de hoy están al debe en muchas áreas. Pero, me parece que hay que tener cuidado al afirmar que este "Leviatán" estatal persigue a diestra a siniestra a quienes reunen dos requisitos: jóvenes pobres. Al afirmar eso el autor de por sí dar por sentado que todo joven que vive abajo de la Plaza Italia cede rápidamente a los cantos de sirena del consumismo, y, con ello, queda a un paso de la delincuencia. Ese bosquejo de la realidad es solo una parte del problema. El autor omite a los cientos de jóvenes de "escasos recursos" que nunca han delinquido y se han sacado la mugre por salir adelante en la vida llevando una vida honesta. en muchos de esos casos, contradiciendo la tesis del autor, ha sido el mismo Estado, mediante políticas sociales, como el crédito fiscal en su momento, el que ayudó a muchos jóvenes a convertirse en profesionales o técnicos. Así, con todo, propongo que evitemos caer en análisis que se mueven entre el blanco y negro y no reconocen los matices de una realidad compleja.
Ana María Pino | 10.12.2010
Sin palabras, solo me parece que con columnas como ésta tiendo a darme cuenta que no estoy tan loca! Felicitaciones.
Joseph | 10.12.2010
excelente columna. me has dado mucho en que pensar.
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