El ministro Kast y sus críticas a las políticas sociales: “La responsabilidad del gobierno es mirar el vaso medio vacío”
12.08.2010
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12.08.2010
El ministro más joven del gabinete de Sebastián Piñera ha sido un duro crítico de la forma en que han operado los programas sociales, particularmente ha acusado errores de focalización y exceso de gastos administrativos. Felipe Kast, titular de Mideplan, en esta entrevista profundiza sus cuestionamientos y la forma en que enfrentarán el desafío de perfeccionar el sistema, pero también aplaude la decisión de los gobiernos anteriores de construir una red de protección social, la que se compromete a profundizar.
-Cuando se dieron a conocer los primeros resultados de la Casen algunos preveían un gran aumento de la desigualdad. Sin embargo la segunda entrega reveló una importante diferencia entre el ingreso autónomo y el ingreso monetario (con subsidios) de las personas. ¿Esto cambia en algo de la mirada crítica que ustedes tenían a los programas sociales?
-La brecha que tenemos hoy entre los ingresos de aquellos que están en extrema pobreza y la línea de la pobreza es de aproximadamente US$ 185 millones. Si tú ves cuánto de los recursos quedan a mitad de camino en programas importantes, hay casos como el del Fosis, que tiene 35% de costos de administración. Te pueden decir que estás mirando el vaso medio vacío y no el medio lleno. Yo creo que estamos obligados a mirar el vaso medio vacío, esa es la responsabilidad del gobierno. Decir que no es relevante, o decir que da lo mismo, o decir que no puedo denunciar el que tener 35% de costos administrativos es una cosa grave desde el punto de vista ético como gobierno, es en el fondo no entender el rol por el cual venimos al servicio público. Y eso no es desconocer, todo lo contrario. Cuando me han preguntado ¿ustedes quieren eliminar la red social?, les digo cómo se le ocurre, al revés, queremos fortalecerla. Sí me llama la atención haber llegado a un ministerio donde uno pregunta cuáles son todos los programas sociales y pide una carpeta, ojalá con los costos administrativos que tiene cada uno y cuáles son las variables que están midiendo el impacto de cada uno, que eso no exista. Eso me parece grave. No me parece algo que uno pueda decir que da lo mismo. El que uno diga que hay mucho que mejorar, no es incompatible con decir que hubo cosas muy buenas.
-Si los gastos administrativos fueran menores habría más dinero para destinar a los programas sociales mismos, pero…
-No es sólo eso, es mucho más grave. Cuando tú hablas de que un programa como el Chile Solidario, que hace tres años tiene un diagnóstico relativamente precario desde el punto de vista de las evaluaciones que hizo el PNUD, que en el fondo no te genera destrucción de la pobreza como quisiéramos, y que ese programa no haya sido ni revisado ni modificado ni optimizado para que efectivamente termináramos con la extrema pobreza. Si revisas el discurso del Presidente Lagos, el programa se creó para esa función. Por lo tanto no es sólo que el gasto queda a mitad de camino, tiene que ver mucho más con tener una política social que se va construyendo con fines claros, con propósitos evaluables, y que tomas medidas a tiempo para que esas metas se cumplan. Entonces, ojo que esto no es una cosa semántica de si llegaron o no US$185 millones más a las personas, hecho que sí me parece relevante.
-Entiendo lo de ver la cosas con el vaso medio vacío, en término de los desafíos y lo que hay que cambiar, pero sorprende que no se destaque ningún resultado. Por ejemplo el impacto de las transferencias monetarias, ¿es algo que ustedes consideran positivo?
-Absolutamente. He dicho en cada una de las intervenciones que me han preguntado si es que el gobierno quiere terminar, bajar o despotenciar la red de protección social y la respuesta ha sido tajantemente la contraria. Lo que sí siento, y esto es muy importante decirlo, es que aquí hay que aplaudir de pie la intención de haber construido una red de protección social cada vez más fuerte .Yo creo que eso es así. Al mismo tiempo, así como hay que ponerse de pie por la intención y el que estuvieran los recursos y el empuje, siento que hay mucho que hacer en materia de gestión. Darle la importancia que se merece a un ministerio como éste, en términos de poner a gente estratégica, que tuviera protagonismo. Yo siento que hay gente muy buena que no está siendo lo suficientemente utilizada. Dentro del concierto de otros ministerios, y dicho por personas que trabajaban en el gobierno anterior, no le tenían mucho respeto a Mideplan en término de su capacidad analítica, de su capacidad de proponer. Eso me parece que no es una buena señal y lo que queremos hacer al generar un Ministerio de Desarrollo Social es potenciarlo como un ministerio estratégico, que lo social sea muy protagónico y que ojalá nos escuchen. De hecho, en su minuto hubo personas que dijeron que no se necesitaba Mideplan. Hay que tener una política social de primer nivel, porque los impuestos en Chile en buena parte los pagan también las familias vulnerables a través del IVA y que lleguen a ellos en su mayor integridad, yo creo que no es algo de segundo orden.
De nuevo, aplaudo profundamente, de hecho tengo una cercanía con la Concertación familiar e histórica, tengo una cercanía con algunas personas que estaban en el gobierno y no dudo en ningún minuto de la buena fe. Si lo que uno de alguna manera quiere tratar de cambiar, es que ojalá lo social –Educación, Salud, Mideplan- estén en el centro del gobierno.
-El informe del PNUD sobre el Chile Solidario que mencionó antes analiza positivamente la parte que es más bien cualitativa, que es cómo esa gente se integra y se acerca a las redes del Estado y mejora su calidad de vida. La otra tiene que ver con el impacto que tiene en los ingresos de las familias, donde no parece haber una mejora con respecto a la gente que no estuvo en el programa. ¿Qué nos dice eso para el futuro?
-Lo primero que te dice es que en un programa como el Chile Solidario donde habían muchos supuestos asumidos desde el principio: se supone que afectaría la capacidad generadora de ingresos de las familias, por lo tanto van a salir de la extrema pobreza. Es muy relevante que cuando tú tienes un programa que se basa en un supuesto, en el fondo evalúes bien y con un mecanismo riguroso. Por eso Chile Solidario era un candidato perfecto para haber hecho algo con metodologías de evaluación más elaboradas. Al no hacerlo, todas las evaluaciones que tenemos son relativamente precarias. Eso quiere decir que aunque encontramos que el efecto no es tan fuerte, hay muchos elementos que están confundiendo el resultado, por lo tanto estamos obligados a tomar decisiones sobre la base de información imperfecta.
Dicho eso, efectivamente una de las cosas que se rescata del Chile Solidario es el concepto de tener un acercamiento más personalizado a las familias en situación más vulnerable y lo que de alguna manera se ha visto es cuál ha sido el impacto de ese apoyo en términos de capacidad generadora de ingreso. Hoy, por ejemplo, el 80% de las personas que entran al Chile Solidario tiene el 80% de las metas cumplidas desde el día uno. Y las que no tienen cubiertas, y que desgraciadamente (el programa) tampoco permite cubrirlas, son justamente las generadoras de ingreso.
En el fondo tenemos un problema de focalización del Chile Solidario. Y eso tiene que ver con otra discusión, que es la Ficha de Protección Social, que estamos revisando. La puerta de acceso al Chile Solidario es la ficha y si no focaliza suficientemente bien, aquellos que entran no son los que más necesitan.
-Más allá de los cambios en la ficha, ¿qué significa ese diagnóstico para el Chile Solidario y otros programas?
-En términos del Chile Solidario hay varias cosas que estamos revisando. Estamos dándole un énfasis mucho más fuerte a la complementariedad entre el microemprendimiento, o el emprendimiento, que es la herramienta fundamental del Chile Solidario, con la empleabilidad. El énfasis antes era que estabas en vulnerabilidad y yo iba con un apoyo familiar y te decía aquí tú serás emprendedora. Muchas veces nos encontramos con que no había opciones para estas familias y las maquinarias o ayudas quedaban sin utilizar. Por qué: porque la familia o la persona que quería ayudar no tenía ni las ganas ni la fuerza ni la opción de ser microemprendedora. En un país uno debería dar opciones: usted qué prefiere, ser emprendedor o que invirtamos estos mismos recursos para ayudarle a encontrar trabajo. Eso no existía. Para el próximo año estamos en un proceso continuo de evaluación, tratando de hincarle el diente a que existan opciones y que el apoyo familiar no sólo te diga aquí tiene su máquina de coser, juegue, sino que también te diga quiere emprender o prefiere que le hagamos una intermediación laboral más fuerte, o capacitaciones. Estamos trabajando con el Ministerio del Trabajo para que eso sea así.
-El gobierno ha dicho que están reevaluando todos los programas sociales. ¿Cómo se hace una evaluación en tres meses cuando ustedes han criticado la forma en que se ha evaluado hasta ahora?
-Creo que aquí hay un problema semántico. Primero, nunca se ha dicho que se va a evaluar en tres meses, hay que ver quién fue el periodista que lo inventó. Segundo, no hablamos de evaluación, estamos hablando de monitoreo. Hay que escoger la palabra apropiada. Hay tres ejercicios de evaluación que tienen distintos nombres y que cada programa tenga un monitoreo, se refiere a que tenga una ficha que diga si tiene su población objetivo bien definida, cuáles son sus costos y si están bien acotados, sus centros de costos de administración, cuál es la proporción que le llega a la gente versus los costos administrativos y si la variable que quiere mover este programa se está midiendo. Esa ficha es a lo que tú te refieres que queremos evaluar, pero no es que estemos evaluando impacto. Hay dos evaluaciones adicionales que son las de impacto, como la que hace al PNUD o la que se encargó al Banco Mundial. Hay otra evaluación adicional que va a venir más adelante y que está relacionada con lo que hacemos en el tema de inversiones, que la idea es que el Ministerio de Desarrollo Social pueda evaluar los nuevos programas que se van a crear, que les dé un visto bueno, para que no se dupliquen, tengan coherencia, estén bien diseñados, tengan un buen mecanismo de focalización, etc.
-En las municipalidades existe bastante temor de que modificar la forma en que opera el Puente pueda significar cambios de fondo en la aplicación del programa que a nivel municipal ha sido muy bien evaluado.
-Cambios en el sentido de que en el 2011 vamos a darle más énfasis a la intermediación laboral efectivamente pueden pasar y se están evaluando seriamente. Las cosas hay que hacerlas con calma, se están evaluando los modelos de intervención. Esto no es de un día para otro. Sí es importante tener identificado un diagnóstico, un plan de acción que puedas ir piloteando. De hecho, muchas de estas cosas van a ser consultadas con los mismos alcaldes, así es que en ese sentido no es que las cosas se diseñen en el Olimpo y después se bajen sin consultar a nadie. No hay ninguna decisión tomada al respecto, simplemente vemos con preocupación que no están teniendo el impacto esperado.