Grandes Historias del Fútbol Chileno
18.06.2010
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18.06.2010
A pocos días del inicio del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, Marcelo Simonetti y César Olmos lanzan un libro en que rescatan fragmentos dispersos del balompié chileno para rendir culto a un deporte y retratar el carácter tragicómico de una nación.
Publicado por Editorial Norma, el libro recorre la historia del fútbol nacional a partir de Ramón Unzaga, el creador de la universal “chilena”. La pirueta habría surgido en enero de 1914, mientras el jugador de origen español defendía los colores del club Estrella del Mar de Talcahuano. Ese momento solemne e inmortal es descrito por lo autores en los siguientes términos:
“El partido se desarrollaba de manera normal hasta que Unzaga se despegó del piso de un brinco, igual que un pájaro, y realizó una contorsión con su pecho ofrecido al cielo: sus piernas se sacudieron como una tijera y el golpe que le dio a la pelota provocó el asombro de sus compañeros, sus rivales y del público. Esos segundos tuvieron el brillo de las cosas que se hacen por primera vez. Los testigos entendieron que asistían a un episodio fundacional. Como al crío que nace, decidieron darle un nombre a esa maniobra. La llamaron “Chorera”, por haber sido parida en tierra de choros. De ahí en adelante, Unzaga perfeccionó su invento, llegando a ejecutarlo tres o cuatro veces por partido”.
A éste capítulo inicial, que reproducimos íntegramente, se suman postales y personajes en sepia del fútbol criollo. Por acá desfilan leyendas olvidadas, como el propio Unzaga, René Orlando Meléndez, “ídolo de ídolos” en Everton y uno de los responsables de ganar la primera copa nacional para un equipo de provincia; Enrique Sorrel, apodado el Tigre e inspirador de Torito, el ídolo de la historieta Barrabases; y Mario Moreno Burgos, “el superclase”, que fue pieza fundamental en el primer triunfo chileno sobre Argentina.
La segunda parte del libro arranca en los años sesenta y se titula “La pérdida de la inocencia”. Entre otras joyas, en esta sección destaca el mítico gol que Carlos Humberto Caszely le hizo a Emelec de Ecuador en marzo 1973 y que afianzó su fama de “el rey del metro cuadrado”. Y también los tormentos que debía padecer Horacio Pedro Simaldone ante las burlas que las barras de los equipos rivales solían proferirle en los partidos por las supuestas infidelidades de su esposa Francesca, una bella modelo de original italiano.
En la era moderna del fútbol aparecen los combos de Juan “Candonga” Carreño, la pizarra de Hernán “Clavito” Godoy y las inolvidables frases para el bronce de Francisco Rojas, “el Murci”, entre otros personajes.
La galería de celebridades también incluye a los locutores como Carlos Alberto Campusano, “el Gordo”, y Samuel Martínez. Ese último, que también era médico pedíatra, impuso términos como serpentear, culebrear y viborear, y cuando algún jugador se acercaba al área rival con serias posibilidades de convertir, solía alertar a la audiencia gritando “¡hay perfume de gol!”.
Esta no es una enciclopedia. No pretendo serlo. Tampoco es una historia acabada y completa de nuestro balompié. Se trata más bien de un conjunto de relatos dispersos y sobre todo arbitrarios, escritos con ternura y humor, que hablan tanto de fútbol como de la idiosincrasia de una nación.