Benicio del Toro, protagonista de Che: “El embargo a Cuba es tonto y arcaico»
12.03.2009
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12.03.2009
Benicio del Toro está en auge. El primero de febrero ganó el prestigioso premio Goya en España como mejor actor en la cinta épica de Steven Soderbergh sobre Ernesto Guevara, Che: El Argentino. En el Festival de Cine de Cannes, en mayo pasado, también triunfó con el premio al mejor actor. La película se estrenó en Chile el 29 de enero pasado y ya la han visto 26.252 personas. A pesar de que sumando a la segunda parte (Che: El Guerrillero) dura más de cuatro horas y está casi toda en español, en Estados Unidos el público también llena las salas. «Todo lo que haces lo conviertes en oro», le dijo una admiradora en una reciente proyección especial en Washington, DC. «Y mi mamá está enamorada de ti», le dijo otra.
Fui consultor histórico de la película y luego me encontré con Benicio del Toro después de esa proyección. Le pedí que hablara acerca de lo que había implicado desempeñar el papel del Che Guevara y hacer esta película.
– ¿Qué fue lo que más me sorprendió? Sus escritos. Creo que su fuerza de voluntad era increíble. Su disciplina era increíble. Pero, ¿sabes?, lo que más me sorprendió fueron sus años formativos. Provenía de una buena familia, de una buena niñez.
– ¿Cómo transforma esta cinta al ícono en hombre?
–Creo que eso es lo que intentamos hacer: volverlo humano. Steven (Soderbergh) intentó escoger los detalles, la vulnerabilidad y los aspectos de su vida que lo hacen humano. Creo que la película hace esto. Algunos dicen que simplemente lo glorificamos y lo convertimos en héroe. Yo creo que lo volvimos humano.
–Todos esos millones de jóvenes que visten una polera del Che, ¿qué quieres que sepan de él mediante esta película?
– ¿Sabes?, creo que hay un malentendido respecto de las poleras. Soy un tipo que las usa, y cuando lo hago significa algo. Es como un tatuaje temporal. Cuando ves a alguien con una polera del Che, está diciendo algo que de alguna manera capta su esencia: ya sea como el de abajo, el tipo que no se vendió, el que hizo el sacrificio, el que luchó contra la injusticia… Esa es mi experiencia con la gente que se pone esas poleras.
Creo que esta película sólo puede nutrir esto, nutrir con detalles más específicos y eventos acerca del Che. Si usan esa polera, creo que en la película encontrarán elementos de lo que esa prenda representa para ellos. Quizá no conozcan los detalles, tal vez no sepan que fue argentino o ignoran que estaba bajo las órdenes de Fidel (Castro). Probablemente no sepan dónde y cómo murió. Pero cuando se trata del Che, es esa otra esencia la que de verdad importa.
–Trabajaste durante años para el papel. ¿Cómo se prepara un actor para interpretar a una figura legendaria como el Che Guevara?
–Pues no me tardé años en prepararlo. Durante años trabajé en la historia, sobre todo como productor. Normalmente recibo el guión; el guión está escrito, y ofrezco mis ingredientes como actor. Aquí, trabajaba la historia. Sí, estaba aprendiendo cosas sobre el personaje. No era que tuviera un guión y hubiera estado siete años investigando acerca de un personaje del cual ya estaba escrito el guión. El personaje se estaba escribiendo, y el guión se volvía cada vez más grueso, a tal grado que resultó en dos películas… o una larguísima; no dos, sino una en dos partes.
– ¿Y preparar el papel?
–Llega un momento en que tienes todo ese conocimiento, pero haces lo que te contaba. Si tratas de verte como él, sonar como él, moverte como él, te vuelves un robot. En cierta medida, comenzarás a remedarlo. Y no quieres hacer eso, porque entonces lo pierdes. No podrás reaccionar, lo cual representa 50 por ciento de actuar. Lo más importante es hacer la tarea, pero llega un momento en el que debes tirarla a la basura y representar la escena con lo que aprendiste. Tienes que desecharla. En determinado momento debes soltarla.
Para interpretar al Che no tienes que sonar, verte o moverte como él. Simplemente tienes que comprender lo que representaba, e interpretarlo. Como intérprete del Che –y no soy el primero ni el último-; ese es el único consejo que doy a quienes hagan futuros papeles del Che.
–Así que la cinta Che es en realidad dos películas: El argentino, que cubre la revolución cubana, y Guerrilla, que trata sobre la fracasada insurrección del Che en Bolivia. La primera película es sobre la victoria, la segunda sobre la derrota.
–Las dos películas son sobre el esfuerzo, ¿sabes?
El embargo crea una atmósfera como de seguir en guerra, desde el punto de vista cubano. Empatizo con el pueblo cubano. Se quedan atrapados bajo el fuego cruzado. Es asombroso cómo Cuba ha podido aguantar.
– ¿Qué fue lo que más te sorprendió sobre lo que aprendiste del Che?
– ¿Qué fue lo que más me sorprendió? Sus escritos. Creo que su fuerza de voluntad era increíble. Su disciplina era increíble. Pero, ¿sabes?, lo que más me sorprendió fueron sus años formativos. Provenía de una buena familia, de una buena niñez. Nació en un pequeño pueblo, Rosario. Pero después de que sufrió varios ataques de asma, su familia se trasladó a otra parte de Argentina (para estar en un mejor clima). Todo por el bien de ese niño. Aprendí que creció en esta familia muy normal, protectora, que alentaba la educación. Tuvo una infancia normal, una muy protegida infancia.
–Cuando la película se exhibió en Miami había muchos manifestantes fuera del teatro. ¿Cómo maneja esta película los asuntos más controvertidos del Che: su participación en las ejecuciones?
–Para empezar, los manifestantes no habían visto la película. Se manifestaban contra el Che o Fidel Castro o Cuba o la revolución. Pero no habían visto la película. Eso me pareció extraño. Entiendo (las manifestaciones), pero al menos que vean la película. El hecho es que como hombre militar creía en la pena capital. La película no rehúye eso. Digo, no podemos mostrar todo, pero sí mostramos una ejecución. Sí mostramos lo que dijo acerca de la pena capital y las ejecuciones en Cuba, y por qué. Pero, en lo que se refiere a la pena capital, no se diferenciaba de cualquier otro hombre militar.
–La película fue desairada por los premios Óscar. ¿Cómo lo explicas?
–Mira, Che es una película que de cualquier manera que la mires, es hollywoodense. Pero es una película hollywoodense que asume el punto de vista de otro país, en el idioma de aquel país y critica al gobierno estadounidense. No conozco ninguna otra cinta que lo haya hecho de manera tan evidente. Esta película es tan buena como cualquier otra que fue nominada al Óscar… mejor. Pero no conseguimos nada en los Oscares ni en los Globos de Oro.
– ¿Qué opinas sobre la situación de las relaciones Estados Unidos-Cuba?
–El embargo no tiene sentido. Me parece tonto, obsoleto y arcaico. Pero es real. Es algo con lo que los cubanos tienen que lidiar todos los días. El embargo crea una atmósfera como de seguir en guerra, desde el punto de vista cubano. Empatizo con el pueblo cubano. Se quedan atrapados bajo el fuego cruzado. Es asombroso cómo Cuba ha podido aguantar.
– ¿Puede la película contribuir, de alguna manera, a mejorar las relaciones?
–Ojala saque a la luz del día algunos asuntos… saque al descubierto estos asuntos. Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, entre Estados Unidos y América Latina. Temas como la pobreza, la falta de una clase media, de educación, la falta de medicinas y alimentos. Y la gente aprende sobre Cuba. Para las generaciones más jóvenes será un documento interesante sobre el Che y Cuba. Para las generaciones más jóvenes se volverá un punto de referencia. El tiempo dirá.