«El suelo de Las Salinas tiene contaminación desde la capa superficial hasta las aguas subterráneas»
26.09.2008
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26.09.2008
El ex jefe de la Unidad de Control de Contaminación de la Conama de Valparaíso, Rodrigo Jerez, revela detalles de un proceso marcado por la ausencia de normas y que, a su juicio, dio luz verde a un plan que no elimina todos los riesgos de que sustancias nocivas afecten a los futuros residentes del codiciado sector costero viñamarino.
Rodrigo Jerez recibe a CIPER en su despacho de la Oficina Nacional de Emergencias, donde se desempeña ahora. En 2004 este ingeniero en Seguridad Industrial especializado en emergencias ambientales era jefe de la Unidad de Control de Contaminación de la Conama V Región. Entonces libró un duro round con las petroleras. Sabía que en los terrenos de Las Salinas no se construirían “Parques y Jardines”, como aseguraba el proyecto de las compañías, sino residencias, y trató de torcerle la mano al mercado.
En Chile no existen normas para remediar suelos contaminados y Jerez solicitó una serie de monitoreos anexos a este plan de saneamiento para resguardar a los futuros residentes del sector.
Las “herramientas complementarias”, como las llama, no pasaron la prueba y las petroleras no fueron obligadas a realizar esos monitoreos. Jerez no se siente derrotado. Enfático, dice que lo único que hoy se puede construir ahí son “Parques y Jardines” y que persiste el riesgo de que en el subsuelo haya compuestos altamente nocivos, como el benceno, que afloren cuando se hagan los subterráneos de edificios.
“Lo dije en la Conama, lo dejé por escrito y hoy lo puedo hablar en términos netamente profesionales no siendo ya funcionario de la Conama: lo que se aprobó garantiza sólo la construcción de ‘Parques y Jardines’. Si se construye cualquier cosa más abajo de un metro de profundidad, la evaluación del proyecto tiene que ser revisada y actualizada”.
«Era muy ingenuo pensar que esas 17 hectáreas se iban a utilizar para un lindo jardín. Las condiciones donde están emplazadas son para otro negocio. Por lo tanto, las herramientas que nos quedaban fueron monitoreos complementarios a la norma. Ellos apelaron y llegaron hasta la Corte para decir que incluso cuando caminaban les pedían monitoreos».
-¿Por qué se aceptó el límite de un metro?
-Ese es un problema del proyecto. Lo presentaron con una asesoría que yo no puedo calificar si fue buena o mala. Yo sólo califico si aplica o no para el requerimiento que se establece, en este caso para “Parques y Jardines”. Lo presentaron inicialmente con un sistema y después lo cambiaron.
-Primero lo presentaron con una norma holandesa y la autoridad ambiental lo aceptó, con la salvedad de que la remediación debía ser hecha por las petroleras y no por el futuro comprador.
-Así es, correcto.
-Pero después cambiaron a una norma estadounidense y para “Parques y Jardines”, argumentando que era más restrictiva.
-El modelo holandés es más restrictivo, porque los territorios de los Países Bajos son pequeños y hacen los mejores esfuerzos para mantenerlos. La justificación que dieron (para cambiar) fue que la norma de EE UU estaba mejor asociada a los productos de las petroleras. Ellos decían que era por la experiencia (de Texas) conocida internacionalmente, lo cual es cierto. El tema es si se está de acuerdo con aplicar esa norma para el objetivo que se quiere. Cuando uno hace remediación, independiente de la sustancia, la primera pregunta antes de operar es “¿Para qué queremos dejar apto este terreno?”.
-Y en este caso es para “Parques y Jardines” y la norma norteamericana aplica para eso. Pero en la discusión interna de la Conama regional, sabían que esto iba a tener uso residencial…
-Era muy ingenuo pensar que esas 17 hectáreas se iban a utilizar para un lindo jardín. Las condiciones donde están emplazadas son para otro negocio. Por lo tanto, las herramientas que nos quedaban fueron monitoreos complementarios a la norma. Ellos apelaron y llegaron hasta la Corte para decir que incluso cuando caminaban les pedían monitoreos. Eso lo conozco muy bien, porque fui yo el impulsor de hacer esos controles. En gran medida para resguardar lo que sabíamos que podía ocurrir: que se construyeran allí viviendas y no sólo parques y jardines.
-¿Qué controles ellos rechazaron y a su juicio eran clave?
-La construcción en altura obliga a hacer construcción subterránea para sustentación. Ellos rebatieron el monitoreo de los volátiles en el suelo y dentro de los edificios futuros si se llegara a construir. De las sustancias que están ahí, algunos son volátiles y generan problemas porque viajan por el suelo y salen al exterior. Los volátiles son capaces de pasar fundaciones y lo más probable es que ingresen a un tercer o cuarto subterráneo. Al ingresar esos volátiles, algunos son cancerígenos, tienden a ascender…
-Buscan tuberías, efecto chimenea, tiraje…
-Exactamente. Los gases van a buscar por donde salir, por la caja de ascensores, los ductos de ventilación. También manifesté mi preocupación por la red de incendios: dónde va a estar ubicada, si va a ser abastecida con aguas de napas, porque si el suelo está contaminado, el agua está contaminada. Puedo aceptar volátiles presentes, pero tengo que controlarlos. Si acepto que son 5, perfecto, porque eso no me genera una atmósfera explosiva. Pero hay que monitorearlo, porque si son 7, 10 ó 15, la cosa es distinta. La aprobación del proyecto (en 2004) fue por esas restricciones complementarias que colocamos. Se aprobó para “Parques y Jardines”, pero con todo lo complementario “en caso de”. Fue la manera de asegurarnos de que si la obra final no fuese parques y jardines, tuviéramos herramientas.
-Pero las petroleras reclamaron contra esa resolución.
-Ellos apelaron y lo someten a consideración de la Dirección Ejecutiva de Conama de Santiago. El tema salió de la región en 2004 y pasó a nivel central.
-La resolución final, ¿en qué cambió respecto de la que ustedes entregaron?
-La Dirección Ejecutiva consideró que lo que nosotros habíamos planteado estaba orientado a otro proyecto. Nosotros utilizamos todo un sistema complementario pensando en que el proyecto se transformaría en otra cosa y la Dirección Ejecutiva leyó que nosotros estábamos tomando resguardos para otro proyecto y no para el que se estaba evaluando. Y el que se estaba evaluando era muy concreto: “Parques y Jardines”. Sacaron todos esos resguardos que colocamos. ¿Qué quedó? La Resolución de Calificación Ambiental fue mucho más estricta que lo que pudimos haber hecho regionalmente, porque fueron tajantes y pusieron artículos que no dejan posibilidad a otro tipo de construcciones que no fuesen parques y jardines.
-Pero lo que hizo la autoridad central de Conama fue aceptar endosarle al futuro comprador la responsabilidad de sanear el terreno si quiere construir a una profundidad de más de un metro.
-Correcto, pero eso ya es otro proyecto.
-Pero sólo están obligados a presentar estudios de impacto ambiental por contaminación de suelos los terrenos de más de una hectárea. ¿Qué pasa si las petroleras venden en lotes de menos de una hectárea o el futuro comprador divide sus proyectos en terrenos más chicos?
-No ingresan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. La Ley 19.300 es explícita para ingresar remediación o recuperación de suelos contaminados: de una hectárea para arriba. Si un terreno es menor, no califica. Lo cual hoy técnicamente es muy cuestionable. El problema lo puedes tener concentrado en 10 metros cuadrados.
-¿Qué pasa si quiero construir en una esquina en plena ciudad donde antes hubo una estación de servicio?
– Te van a responder: “Cumpla con todos los requerimientos que exige la municipalidad y construya”. No van a hacer ninguna recuperación de suelo. Cero. Y no es exigible tampoco por la municipalidad. Y me parece gravísimo, porque las grandes contaminaciones urbanas de suelo tienen que ver con estaciones de servicios o bodegas de sustancias químicas. Hay referencias de todo el mundo, las hay en Argentina y Brasil.
-¿Qué tipo de accidentes se han descrito a nivel internacional?
-Ninguno con grandes muertes, pero el problema es que estos sitios no generan un efecto agudo, sino crónico. Es poco probable, pero no imposible, una explosión. Pero la gente que habita ahí puede adquirir algún cáncer. Cuando se descubre ese cáncer podría derivarse una línea investigativa que establezca que fue adquirido por exposición a los “Betex” (benceno, tolueno y xileno). Había zonas en Sao Paulo donde sentían olor a combustible que les aparecía por el baño, por el lavamanos, el lavaplatos, sufriendo cefaleas, dolores de estómago.
-Respecto de lo que había en el suelo de Las Salinas, ¿la autoridad ambiental tomó muestras propias o sólo conoció los estudios de las muestras que tomaron los consultores de las petroleras?
-Se hace un acto de fe y se reconocen los análisis que hacen los dueños de los proyectos. En todos los proyectos ambientales es igual.
-¿Ustedes no ponen un inspector certificando que las muestras de tierra que se extraen correspondan a las que se declaran?
-No. Ese es uno de los problemas que tiene la legislación ambiental chilena. Uno hace un acto de fe y evalúas y revisas esos datos que te presentan. Te dicen “aquí me aparecieron 5 mg de arsénico” y uno hace un acto de fe de que efectivamente ahí hay 5 mg de arsénico.
-Es decir, ¿en el análisis de las muestras participa sólo el que la extrae y luego las envía a un laboratorio para que sean analizadas?
-Las envía a un laboratorio y si mi memoria no me falla estas muestras fueron analizadas en Holanda. La información está en el “Estudio de Riesgo del Suelo de Las Salinas”. Es información pública. Y ahí te vas a dar cuenta de que el suelo tiene contaminación desde la capa superficial hasta las aguas subterráneas, en todo el perfil.
-¿A qué profundidad están las aguas?
-En el orden de los 4,5 metros. En países desarrollados, cuando se construyen este tipo de obras, incorporan en su gestión ambiental el monitoreo del suelo y del agua, porque si detectan que el suelo se está contaminando, rápidamente deben extraer esa contaminación para que no llegue al agua. Porque al momento de llegar al agua subterránea el problema se te arrancó y es carísimo remediarlo, porque el agua es dinámica y el suelo es relativamente estático. Se necesita mucha investigación para establecer hasta dónde llega la influencia (del contaminante) y nuestra legislación desgraciadamente habla de que el proyecto está circunscrito al terreno que presenta el titular.
-Por eso ustedes propusieron un monitoreo en los sectores aledaños y ellos se negaron porque no es su terreno.
-Esa fue mi gran pelea. No existe una muralla o algo que diga “para allá no pasa el contaminante”. Eso lo demuestras haciendo calicatas y mallas de monitoreo.
-Entonces, una inmobiliaria puede construir una torre en Las Salinas y no va a estar obligada a hacer un monitoreo cada cierto tiempo.
-Hoy no podría construir. Eso es lo que se resolvió jurídicamente. Hoy ahí no se puede construir nada en altura.
-Pero puede presentar un proyecto mayor a una hectárea y someterlo al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
-Supongamos que su proyecto es de dos hectáreas y debería ingresar al SEIA. Ahí la constructora tendrá que hacer sus fundaciones bajo un proyecto específico para eso. Y si el EIA le exige monitoreos permanente para poder construir, tendrá que hacerlos.
-¿Y si presenta un proyecto de una superficie menor a una hectárea?
-Ahí solamente tiene que cumplir la normativa sectorial, lo que le pueda exigir la municipalidad, el Ministerio de Salud, el Minvu, como construye cualquier cristiano. Ellos podrían considerar que el proyecto, por su ubicación, podría revestir algún problema y sugerir la pertinencia de ingresarlo al SEIA.
-Esas restricciones están planteadas en el plano regulador cuando se declaró área de riesgo.
-Así es. Efectivamente estaba en el proyecto del seccional y me tocó participar en la evaluación de área de riesgo. La Conama podía recomendar declarar zona de riesgo, pero el Minvu tiene esa atribución jurídica. Y lo sugerimos.
-Los ejecutivos de Copec dicen que en el subsuelo sólo detectaron un compuesto que se denomina TPH Suma, aseguran que son componentes pesados y que sólo migran hacia abajo…
-Hasta que llegan a las aguas subterráneas.
-¿Existe la posibilidad de que en estos TPH Suma hayan hidrocarburos livianos?
-Sí, claro.
-¿Y que en ellos haya Betex?
-Claro. Lo que pasa es que tú dices hidrocarburo y cuando empiezas a hacer la fragmentación, cuando vas con el zoom, puedes encontrar el A y el B.
-Por lo tanto, si tal como lo indican los planos que entregaron las petroleras hay sectores con 40 mil mg de TPH por kilo de suelo a 6,5 metros de la superficie, ¿hay un riesgo cierto de que ahí abajo haya Betex?
-Así es.
-¿Eso no obligaría a hacer la remediación hasta los 6,5 metros al menos en ese punto?
-Así es.
-Siendo así, ¿por qué ustedes sólo le aceptaron remediar hasta un metro, si puede haber benceno superando la norma para subsuelo que ellos mismos propusieron?
-Ahí está la maldad del modelo, porque tú al modelo le colocas datos. Y le colocas como dato el TPH, no le colocas la fragmentación de ese TPH.
-¿Usted piensa que por eso cambiaron del modelo holandés al modelo de EE UU?
-Claramente. Sin duda.
-El estudio de las petroleras sostiene que las napas escurren principalmente desde el talud rocoso al mar en sentido poniente.
-La napa de agua de toda esta zona tiende a este sentido (muestra en dirección surponiente).
-Pero ellos no declararon eso.
-No pues.
-¿Cómo sabe que la napa escurre surponiente?
-Por los estudios de la Dirección General de Aguas (DGA). Esa fue una gran lucha y por eso no quisieron monitorear cuando les pedimos que lo hicieran fuera de los límites del terreno, en Coraceros y en todo el perímetro, incluso en la playa. Ellos utilizaron un criterio jurídico por sobre el técnico. El criterio técnico te obliga, en gestión de sitios contaminados, a monitorear todo lo que sea necesario. Es al revés: partes desde donde tienes contaminante y te vas abriendo desde el centro en anillos, todo lo que sea necesario hasta que no detectes (contaminación).
-Pero las petroleras rechazaron hacer monitoreos fuera del terreno.
-Ese es un gran problema, porque la ley define que los proyectos están circunscritos a un área: “De aquí hasta acá y punto”. Esa es una de las limitantes jurídicas que tenemos.
-Si ustedes sabían que el dato de ellos era inexacto, por los antecedentes de la DGA, ¿por qué lo aceptaron?
-La propuesta de ellos es que el comportamiento de la napa es del talud hacia el mar. Los antecedentes que manejábamos y lo que yo también creo es que esto no es tan así, porque esto no se comporta lineal. Hay rocas y diferencias por depresiones, entonces el agua puede cambiar un poco de sentido. Eso tú lo compruebas con los monitoreos afuera.
-Por eso pidió monitorear afuera. Si con eso hubiese comprobado que el escurrimiento es surponiente, que había un riesgo de contaminación en Coraceros, ¿este plan de remediación hubiese servido tal como está hoy?
-No es suficiente.
-¿Usted hubiese exigido modificaciones sustanciales?
-Pero lógico, las hubiera sugerido. Es una alerta de que el problema no está confinado y los sigo convenciendo, toda la información técnica lo avala.
-Incluso aceptando el criterio de las petroleras de que lo único que está bajo el metro son TPH y que sólo migran verticalmente, en algún minuto se pueden encontrar con la napa y escurrir hacia lugares donde alguien podría captar agua, en Coraceros o el Sanatorio.
-Así es. De eso estoy convencido.
-¿Usted conoce este estudio que ellos presentaron? Aquí decía que el principal sentido de la napa es surponiente y que hay antecedentes previos de suelo con hidrocarburos en Coraceros, pero eso lo borraron en la versión final (Mira el informe).
– (Visiblemente sorprendido) Coincide con lo que yo te digo.
-¿Si hubiese conocido estos antecedentes, esta versión con “control de cambios”, cuando le tocó revisar el estudio, habría adoptado la misma decisión?
-Lo que me muestra aquí no lo había visto. Ahora, si yo hago un juicio de lo que está tarjado (en el texto), sin duda que al leer aparecen otras condiciones que fueron las mismas dudas que a nosotros se nos generaron en la evaluación del proyecto. Aquí hay muchas cosas que podrían confirmar nuestra teoría, que ellos las tenían claras pero las eliminaron. Y eso repercute en la evaluación del proyecto. Tú evalúas un proyecto en función de lo que te entregan. Pero si no te entregan necesariamente los antecedentes que corresponden y después aparecen…
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