Karina Delfino: «Píldora del Día Después es el cambio más fuerte para las jóvenes»
29.11.2007
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29.11.2007
Resulta extraño escuchar a Karina hablando de temas universitarios. Su figura delgada, su rostro moreno, fino y de grandes ojos oscuros, se asocia más a los problemas de los escolares secundarios. Claro, si antes de entrar a la facultad ella fue una de las líderes de la llamada “rebelión de los pingüinos”. Sin el uniforme azul marino se ve más adulta y la soltura con que habla de los grandes temas del país ya no asombra tanto como cuando lo hacía vestida de liceana.
¿Qué ha pasado con las mujeres de tu generación con una mujer en La Moneda?
Las mujeres ahora sí piensan que han avanzado por el hecho de que resultó elegida Michelle Bachelet. La prueba fue cuando ella ganó y salieron las mujeres a la calle a celebrar con bandas presidenciales. Lo celebraban como el triunfo de las mujeres, siendo que era el triunfo de una alianza política. Puede que sigan viviendo en una familia machista, que en sus casas les sigan pegando, que sigan ganando menos que el marido a pesar de hacer lo mismo o más, pero se sienten representadas. Pero los avances concretos dependen de las mismas mujeres. Un estudio indica que la mayoría de las mujeres que denuncia a su pareja por violencia después retira la demanda. Y eso muestra que si la mujer no da un paso adelante, no habrá avances. Falta proyectar hacia abajo.
En la llamada revolución de los pingüinos, se vio a mujeres como tú en roles de liderazgo. ¿Es fruto de un proceso de cambio cultural en tu generación?
Las mujeres se están atreviendo más. Antes la mujer daba un paso atrás porque pensaba que el hombre era mejor que ella. Hasta le daba un poco de miedo. Eso ya no se ve. Hay un cambio de mentalidad, de la mujer y del hombre, porque el hombre joven confía más en la mujer también. El hombre joven hoy es capaz de reconocer que una mujer puede tener más capacidad que él. Además, ahora no es mal mirado que las mujeres prefieran dedicarse al trabajo, a la política, a desarrollarse profesionalmente antes que casarse o tener hijos. Antes eso era la excepción. Estos avances no son producto de un cambio de mentalidad sólo de las mujeres, sino que de la sociedad.
¿Prima en tu generación la tendencia femenina a proyectarse laboralmente para tener autonomía economía?
Es un tema generacional: entre hombres y mujeres no hay diferencias sobre este punto. Tal vez llama la atención que las mujeres de mi edad piensen en independizarse antes que casarse. Asombra. Pero esta generación es así. La liberalización, en todo sentido, va acentuándose cada vez más. Pienso que se debe, en parte, a la globalización y a la televisión, por la comparación con lo que sucede en otros países. La cultura chilena siempre ha tendido a imitar a Europa y a los gringos, y las series que se ven en Chile y que vienen de esos países, te muestran mujeres más liberales. Eso va despertando aceleradamente cambios de mentalidad, culturales.
¿Ha influido algún marco institucional para acelerar esos cambios?
Los cambios también se aceleran con otras herramientas que se abren, como el divorcio, los tribunales de familia, las penas de cárcel por violencia intrafamiliar o la “Píldora del Día Después”. La gente del barrio alto perfectamente puede comprar en las farmacias dicha píldora y opera con una mentalidad totalmente liberal, mientras que una mujer de un sector socialmente vulnerable no tiene la plata y lo más probable es que en tres meses más se haga un aborto en pésimas condiciones o si tiene ese hijo nacerá en la pobreza. Estas políticas del Estado acercan la igualdad de oportunidades. No son las que hacen crecer la tendencia liberal, simplemente otorgan herramientas para el cambio de mentalidad que ya está y hay que asumirla. Y cada persona verá si toma o deja estas herramientas.
¿Hay interés entre las mujeres de tu edad por sumarse a una batalla por los temas de género?
Hay mujeres y mujeres. Hay mujeres a las que les interesa el carrete o escuchar música, a otras les interesa ir a una capilla y están las que se interesan por las políticas públicas, como a mí. Dentro de ese último grupo hay algunas a las que les interesa el tema de género. En general, entre nosotras está el sentimiento de que la sociedad chilena es machista, sienten algún tipo de discriminación. La mayoría inconscientemente es producto de un cambio cultural, pero tienen otros intereses y no se cuestionan el fondo de las cosas. Con los hombres también se da ese fenómeno.
Cuando te comparas con las mujeres mayores con las que convives, ¿cuáles son las principales diferencias?
De todo: mentalidad, cultura, educación, sexualidad, matrimonio, hijos, profesión… Ellas entienden que hay un cambio generacional y respetan lo que yo hago cuando yo me respeto a mí misma. El tema es diferenciar entre libertad y libertinaje. Creo que mientras yo me respete y respete a los demás, ellas también me van a respetar a mí.
¿Cuáles con tus proyectos como mujer y profesional?
Lo más importante es identificar qué carrera voy a seguir. Mi proyección es profesional y mi prioridad es tener una carrera. No estoy pensando a qué edad voy a tener hijos o me voy a casar. Y en lo político, estoy viendo si puedo desarrollarme en la universidad. Las puertas y oportunidades se irán abriendo en el camino y mi mentalidad también puede ir cambiando en el camino…
¿Cuál es tu evaluación de la labor que ha desplegado Bachelet en su año y medio de gobierno?
Ha sido un cambio bastante grande que le hace bien al país. Pudo ser mejor o peor, pero estoy segura que a nivel de historia, de formas y métodos, es un avance. Los problemas que enfrenta, como el Transantiago, también le podrían haber pasado a un hombre. Pero es mujer y obviamente maneja formas y estilo diferentes. La han cuestionado mucho por una supuesta falta de autoridad, y yo estoy convencida de que ella significa un gran avance a nivel de mentalidad y cultura del país. Hay que acostumbrarse.
¿Cuál de todas las políticas de género adoptadas por este gobierno te parece la más importante?
Me impactó la paridad en el gabinete. Era impensable. Espero que haya sido por capacidad y no por discriminación positiva. Por lo que han hecho hasta ahora, me parece que fue por capacidad. Por ejemplo, al primer ministro de Educación, Martín Zilic, no le fue muy bien y hasta ahora la nueva ministra, Yasna Provoste, no ha tenido ningún problema grave como los que tuvo Zilic. Para ese cargo, Zilic estaba menos preparado que Provoste.
¿Cuál de todas las políticas de género de este gobierno te parece que ha sido la que más beneficia a las jóvenes de tu edad?
El acceso a la “Píldora del Día Después”, porque las afecta directamente. Ese es el cambio más fuerte que han vivido las jóvenes de mi edad y en situación social vulnerable. Las jóvenes que tienen recursos pueden optar a todo, pero ahora las vulnerables también pueden optar. El embarazo adolescente no deseado genera una discriminación a nivel social: condiciona tu vida y no la del hombre. La herramienta ya está y cada quien verá si la ocupa o no según su ética.
Sectores políticos y religiosos insisten en que no se entregue la píldora del día después a una adolescente mayor de 14 años sin el consentimiento de los padres.
La nueva ley de responsabilidad penal juvenil establece que desde los 14 años un joven tiene discernimiento. La ley de abusos sexuales también establece los 14 años como límite para el discernimiento. Por lo tanto, si una joven tiene discernimiento para denunciar un abuso sexual o para ser responsable si roba o comete un delito, perfectamente puede tener discernimiento sobre su sexualidad. Por algo los especialistas tomaron la decisión de poner el límite legal del discernimiento a los 14 años. Y lo aprobaron todos los partidos políticos.