“La tentación de la plata me impidió mirar más allá”
20.11.2007
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20.11.2007
Molina vistió el uniforme verde durante 16 años, hasta 1997, dice que en ese lapso vio varios casos de carabineros gay que fueron dados de baja e irregularidades con los vales de combustible. “Me llamaron a retiro –cuenta- porque me operé en tres oportunidades de una hernia en la columna y estuve con licencia un año y medio. Me tomó la comisión médica y yo, pensando que me estaban jubilando, les firmé papeles y me estaban licenciando sin beneficios”.
-Es decir que al momento en que se retiró no tuvo ningún beneficio previsional, porque completó una antigüedad inferior a 20 años.
-Nada.
-Y en su hoja de vida, ¿cuántos días de arresto registró en total?
-Llegué a tener como seis días de arresto, pero casi todos por faltar a la lista que pasan cuando uno es soltero y tiene que llegar a dormir a las comisarías. Pero esa no es una falta grave. A veces uno se quedaba afuera o llegaba tarde, lo pasaban a la presencia del comisario y lo sancionaban. Pero faltas disciplinarias no tuve, nunca, nada grave. De hecho, yo soy hijo de un suboficial mayor de Carabineros y mis cuatro hermanos son carabineros en estos momentos.
-Mientras fue carabinero, ¿supo de funcionarios que cometieran faltas graves y que fueron llamados a retiro por otra causa?
-No, nunca.
-¿Nunca supo de irregularidades en los llamados a retiro?
-Uno ve tantas cosas… El mismo asunto de los gay que ha salido ahora. Estando en Fuerzas Especiales, en 1986 más o menos, en dos oportunidades me tocó vivir esa situación y realmente no tengo idea si firmaron la baja de manera voluntaria u obligados, pero se sabía que era por ser gay. Una vez me tocó romperle el candado a un funcionario que estaba faltando como cuatro días y nos encontramos con cartas que demostraban que era gay. Ahora, si lo dieron de baja por eso o por otra causa, no podría decirlo. Yo sé que fue por esa razón, pero no sé por qué causa firmó su baja.
-¿Nunca supo de irregularidades administrativas?
-Estoy cumpliendo una condena de cinco años y soy la vergüenza de mi familia. De hecho yo caí en noviembre y mi papá murió el 23 de diciembre por un accidente vascular que le produjo la vergüenza de ver a su hijo mayor metido en esto. He perdido mucho como para ponerme a hablar. Yo podría contarle todas estas historias, pero tengo cuatro hermanos que son suboficiales, todos con más de 20 años de servicio. De hecho, mi señora también era funcionaria de Carabineros y ahora está tratando de reincorporarse… Yo estuve involucrado en sumarios por el tema de la bencina. Siempre fui conductor y el tema de la bencina uno lo ve mucho.
-¿Usted estuvo involucrado de qué manera en esos sumarios?
-No porque yo fuera el culpable ni porque me estuviera gastando los vales de bencina, pero vi sumarios porque la institución da una cantidad para el día y la reducen a la mitad, cosas así.
-Y esos funcionarios que la reducen, ¿son castigados?
-Es que uno no tiene responsabilidad, porque si mi jefe me pasa cinco litros de bencina para el día, yo en la jornada voy a gastar esos cinco. La que pierde ahí es la gente, porque el vehículo que debe andar 200 kilómetros, va a andar 50.
-Entonces la responsabilidad es del oficial.
-Puede ser. Ahora lo que le puedo decir, por lo que he visto, es que a un oficial casi nunca lo dan de baja, siempre lo llaman a retiro. A uno, no. A uno lo dan de baja.
-¿Y cómo se vio envuelto en el robo?
-Llegué a una patrulla donde el otro vigilante involucrado en esto, Elías Molina, estaba planeando algo junto con otro funcionario. Empezaron a comentarme el tema, hasta que apareció Danilo Soto (dueño de una verdulería vecina a su casa) y me preguntó en forma de talla. Yo lo mandé a freír monos. Le dije que toda mi familia era de Carabineros y que yo tenía mucho que perder, pero en el fondo igual me quedó dando vueltas y se lo comenté a estos niños (de la patrulla) y les gustó la idea. Lo vi fácil. La tentación de la plata me hizo no mirar más allá.
-¿Cuánto ganaba como guardia?
-Alrededor de 400 mil pesos, además de un taxi que me dejaba otra cantidad. Si en el fondo… fue una estupidez. Yo pagaba 120 mil pesos de arriendo, más luz, agua, cable y con lo que uno vive diariamente. Para eso me alcanzaba, pero no para comprar una nueva prótesis de cadera a mi señora, que la tiene hace ocho años y ya está empezando con problemas, que me vale 3 o 4 millones de pesos. Se nos vieron muchas cosas. Mi hija nació sin una oreja. La operamos, le pusimos una orejita, pero se pescó una peste y perdió todo el tratamiento, y mi señora quedó totalmente endeudada en Carabineros en 4 millones de pesos. Tengo una pareja de mellizos de tres años, de los cuales uno me nació con estrabismo y también lo operamos. Estábamos viviendo una situación en que no le voy a decir que nos faltaba para comer, pero estaban estas cosas que me daban vueltas en la cabeza. Me ofrecieron esto. Tuvimos dos reuniones con los otros personajes y lo único que yo tenía que hacer era parar el camión detrás de la camioneta que nos iba a chocar.
-¿Entre los guardias de transportes de valores es común que conversen este tipo de posibilidades?
-Llegué a Brinks en septiembre de 2005 y hasta agosto de 2006 trabajé en el sector poniente con otro vigilante cajero, como se llama el que carga los cajeros automáticos, y nunca fue tema. Uno miraba la plata y se reía no más. Pero después llegué a esa dupla en el sector oriente y ellos ya tenían conversaciones, pensaban en cosas como robar un cajero. De primera, les ponía obstáculos a las cosas que pensaban. Les decía que hay cámaras, que hay esto y lo otro. Hasta que fui a comprar a la verdulería y (Danilo Soto) me ofreció la cosa, leseando. Después se la comenté a los dos niños en el camión. Y se hizo.
-Y con su experiencia policial, ¿no pensó que al detener el camión y bajarse rompería protocolos de comportamiento ante situaciones de ese tipo, lo que de inmediato lo convertiría en sospechoso?
-Ese es otro cuento. En los dos años que estuve en Brinks tuve cuatro accidentes de tránsito y siempre se bajó la gente. El protocolo a uno se lo entregan y nunca lo lee.
-Me está diciendo que el protocolo no se cumple.
-No sé ahora después de los dos asaltos, tanto el del aeropuerto como el de nosotros, porque empezaron a poner las cosas más duras en Brinks por todo lo que hemos dicho (en el juicio). Yo lo probé, porque el último accidente antes del asalto lo tuve con una mujer que se pegó contra el camión porque iba apurada a buscar a un hijo, creo, y tenía influencia con uno de los jefes máximos de Brinks. Me echaron de la pega altiro, pero peleando y peleando quedó la patrulla trabajando. Esa vez también nos bajamos todos del camión y a los jefes les consta. Entonces yo miraba que por ese lado me podía sacar el tema del asalto.
-Usted no participó en la planificación.
-No. Después me di cuenta, mirando el proceso, que ellos tenían todo planificado y andaban buscando un conductor. El error fue que me mostré mucho en el barrio, porque yo trabajaba en el sector oriente y como vivía cerca pasábamos metidos en la casa. Tiempo que teníamos libre nos estacionábamos al lado de afuera, para almorzar, tomar once. Ellos (la banda) andaban buscando un conductor, porque aunque no es el jefe, es el que lleva el mando del camión y abre las puertas. Ellos buscaron al Danilo y él se prestó para buscarme, claro que después se arrepintió y no participó, pero igual se ganó cinco años y un día.