Chile: Ingresos de país desarrollado y salud oral tercermundista
28.01.2013
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28.01.2013
La salud oral es un tema rezagado en el área de la salud en muchos países y Chile presenta un índice de historia de caries moderado en menores de 12 años de edad, similar a lo reportado en la mayor parte de Sudamérica, pero no comparable con los niveles bajos de los países desarrollados
Nadie puede poner en duda el crecimiento de Chile en los últimos 20 años. Tenemos actualmente una economía estable que resguarda nuestro crecimiento y reconocimiento internacional al desarrollo del país. Estos avances han permitido el ingreso de Chile a importantes organizaciones internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desde el año 2010, donde se integra como el primer país Sudamericano. Sin embargo, en temas de calidad de vida y equidad Chile parece tener varios asuntos pendientes, uno de ellos es la salud, esto se debe, en parte, a cómo se concibió el sistema de salud chileno con una dualidad público-privado no integrada y a un gasto sanitario por debajo del promedio de los países de la OCDE. Los últimos gobiernos han hecho esfuerzos para reducir las diferencias entre estos subsistemas, bajo la lógica de disminuir brechas de acceso y calidad, siendo una de las reformas más importantes la incorporación de las Garantías Explícitas de Salud (GES) con el fin de garantizar igualdad de derechos e implementar políticas basadas en la equidad y solidaridad entre otros aspectos. Sin embargo, hay garantías que tienen menos probabilidad de ser utilizadas, debido a su menor costo y menor gravedad: principalmente, las enfermedades ambulatorias. Este efecto ha sido estudiado por algunos autores que señalan que está condicionado por factores dependientes de la población (conocimiento de las garantías, ingresos, nivel educacional, entre otros).
A pesar de estos avances en materia de equidad en el sector salud, hay áreas menos priorizadas por los tomadores de decisión, pese a la relevancia que tienen para la población chilena. Este es el caso de las patologías dentales, donde, según el Estudio de Preferencias Sociales para definir las Garantías Explicitas en Salud (GES), la salud oral es una patología indicada como relevante para los grupos de ingreso medio y medio bajo de la población, vinculada principalmente a la integración laboral.
Esta demanda histórica en nuestro país se asocia también al estado de salud oral que tiene actualmente la población chilena. La población adulta en Chile que presentaba caries el año 1996 era de 99,2%, con leves diferencias por edad. En el grupo de adultos de 35 a 44 años solo un 20% conservaba su dentadura completa, mientras que este porcentaje bajaba a un 1% en los adultos de 65 a 74 años. Siete años más tarde, según la Primera Encuesta Nacional de Salud (ENS) en el año 2003, el 28% de la población mayor o igual a 14 años de edad tenía su dentadura completa, valor que disminuía a un 0,7% en el grupo de mayores de 64 años. Todo esto con diferencias elevadas según nivel educacional: mientras un 44% de la población con nivel educacional alto tiene su dentadura completa, sólo un 8% de las personas de nivel educacional están en la misma condición.
El 15,1% de las personas con un nivel educacional alto declara no haber visitado nunca al odontólogo o no haberlo hecho en los últimos cinco años; en el nivel educacional medio ese porcentaje aumenta al 27,5% y en el nivel educacional más bajo asciende dramáticamente a un 44,6%
En los últimos años, las políticas públicas en salud oral se han focalizado principalmente en grupos prioritarios, tanto por medio de las garantías explicitas en salud como por las metas sanitarias. El AUGE hoy ofrece la GES de salud oral integral para niños y niñas de 6 años, la GES de urgencia odontológica ambulatoria, la GES de salud oral integral para adultos de 60 años y la GES de atención odontológica integral de la embarazada con plazos para iniciar la atención desde que la persona lo solicita. El impacto en la calidad de vida y salud oral de estos programas no ha sido evaluado. Por otra parte existen las metas sanitarias, que se han enfatizado en menores de 20 años en los últimos años, para la década del 2000-2010 se propuso una cobertura del 50% en este grupo etario. Sin embargo, según lo reportado en el grado de cumplimiento en el año 2009 en la evaluación final del período de metas 2000-2010, la cobertura de atención en los menores de 20 años en 2008 fue de 22,5%, lo que marca un ascenso insustancial en comparación con el año 1999 (22%). A estas estrategias se suma la fluoruración del agua potable, que es la medida universal de mayor impacto incorporada en el país, actualmente 14 de las 15 regiones cuentan con su implementación, alcanzando una cobertura de un 72% de la población. Estas medidas han sido evaluadas como eficientes por parte de las autoridades, ya que han permitido el descenso significativo del índice de historia de caries en el grupo de 12 años de 3,4% en el 1999 a 1,9% en el 2007.
Sin embargo, a pesar de esta disminución, las patologías orales en Chile siguen siendo muy frecuentes en todos los grupos etarios. Los últimos estudios realizados a nivel nacional reportan que la presencia de caries en niños de 2 años es de un 16,8% (1), a los 4 años de un 49,6%, a los 6 años de un 70,4% (2), a los 12 años de un 62,5% (3). Existiendo gradientes por nivel socioeconómico para todos estos grupos.
Al ver este panorama parece que hablamos de otro país, la salud oral es hoy la caja negra de la salud chilena. Pues a pesar de los avances económicos del país, de las mejoras que se han alcanzado en relación a salud general, tenemos una gran deuda con la boca de los chilenos. La salud oral es un tema rezagado en el área de la salud en muchos países y Chile presenta un índice de historia de caries moderado a los 12 años, similar a lo reportado en la mayor parte de Sudamérica, pero no comparable con los niveles bajos de los países desarrollados. Esta brecha se agudiza en la población adulta, donde Chile presenta un índice alto en comparación al nivel moderado, bajo o muy bajo de varios países desarrollados, incluso de países del cono Sur.
Figuras extraídas del artículo “The global burden of oral diseases and risks to oral health”, disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2626328/pdf/16211157.pdf.
En relación al acceso a atención dental, el 27,8% de la población declara no haber visitado nunca al profesional odontólogo o no haberlo hecho dentro de los últimos cinco años. El 4,3% de la población chilena nunca ha tenido una evaluación por un profesional odontólogo, lo cual es similar en todos los grupos etarios. Es posible ver diferencias de acceso a atención dental según el nivel educacional, similar a lo indicado para la pérdida de dientes. El 15,1% de las personas con un nivel educacional alto declara no haber visitado nunca al odontólogo o no haberlo hecho en los últimos cinco años; en el nivel educacional medio ese porcentaje aumenta al 27,5% y en el nivel educacional más bajo asciende dramáticamente a un 44,6%. Según estimaciones de estudios realizados por el Colegio de Dentistas de Chile (4), hoy un 30% de la población chilena tiene acceso al odontólogo; sin embargo, solo un 13% consulta al menos una vez al año.
El cuestionamiento por las razones del mal estado de la salud oral hoy en Chile es complejo. En parte, se debe al alto costo asociado al acceso al dentista en nuestro país, a la no existencia de una cobertura universal para atención dental y a que no existe la posibilidad de la modalidad de libre elección dental para los pacientes FONASA. La falta de consenso de muchos de estos puntos entre los profesionales, las autoridades y la evidencia científica, hacen que estemos estancados, pero este status quo odontológico sigue desdentando y discapacitando oralmente a Chile.
El análisis debe ir más allá, debe ir a la raíz del problema, debe enfocarse antes del acceso a la atención dental: a la prevención en todas sus dimensiones. Aún queda mucho por estudiar y hacer al respecto. La salud oral en Chile es una deuda que tenemos que abordar. Pongo de relieve el tema con el fin de evidenciar una realidad que aunque se observa a simple vista, parece olvidada. Pues creo que, más que enfatizar únicamente en el acceso, que sin duda es importante para aquellos con la enfermedad establecida, debemos apelar a una política pública que aborde la magnitud de este problema en todas sus áreas, considerando al individuo y su contexto social, dos aspectos olvidados al abordar temáticas en salud oral a pesar de que los condicionantes que crean las brechas sociales de los chilenos son los mismos que diferencian los estados de salud de nuestras bocas.
(1) Ceballos M, Acevedo C, Corsini G, Jans A. Diagnóstico Nacional de Salud Bucal de niños de 2 y 4 años que asisten a la educación preescolar en la. Región Metropolitana. Chile: Minsal; 2007.
(2) Soto L, Tapia R, Jara G, Rodríguez G. Diagnóstico Nacional de Salud Bucal del Niño de 6 Años. Santiago: Minsal; 2007.
(3) Soto L, Tapia R, Jara G, Rodríguez G, Urbina T, Venegas C, et al. Diagnóstico Nacional de Salud Bucal del Adolescente de 12 años y Evaluación del Grado de Cumplimiento de los Objetivos Sanitarios de Salud Bucal 2000- 2010. Chile: Universidad Mayor; 2007.
(4) Colegio de Cirujano Dentistas de Chile. Capítulo Ejercicio liberal. Informe Presente y Futuro de la Odontología en Chile. Santiago: Colegio de Cirujanos Dentistas de Chile; 2011.