Ir arriba

Comentarios (12)

Carola | 19.05.2014
Al avanzar los años, pareciera que las viviendas se fueron achicando aún más. El único beneficiado es el privado, que en ocasiones, entregando viviendas muy similares en dimensiones y aspecto, endeudan a las familias para lograr tan anhelado sueño. Es un chiste ver cuando una persona es beneficiada con un subsidio y más aún cuando postulan sin opción a un crédito hipotecario (esto es porque la renta no alcanza a calificar para ello).  En Antofagasta, no existen viviendas de $12.000.000.- y es eso lo que entregan de subsidio.  Quizás las únicas viviendas (módulos) son usadas y aquellas que están quemadas y son vendidas a ese valor. ¿Por qué ya no se construyen viviendas sociales? ¿por qué ahora todo se soluciona con un comité de viviendas?
FINALISTAS PREMIO POBRE EL QUE NO CAMBIA DE MIRADA 2013 – @ComyPobreza – Comunicación y Pobreza | 05.12.2013
[...] V. La hora de pensar en la ciudad de todos y no en el bolsillo de unos pocos [...]
Martín | 06.09.2013
Nico: gracias (no irónicamente) por evidenciar tu caso. Éste se funda en tu distancia, tu temor y el desconocimiento. Te pasa como a muchos que ven sólo lo que tienen cerca y juzgan a “la bandada”, sin ver verdaderamente. Tu prejuicio sirve para atender al verdadero problema: estamos construyendo una bomba de tiempo social que puede reventar en estallido social. Piénsalo, si vas a leer esto… Es que la razón para aspirar a una ciudad integrada -como opuesta a segregada- es justamente acortar las distancias entre las personas, y con ello disminuir el miedo mutuo, la desconfianza mutua. La raíz del problema está en el miedo, emoción opuesta al amor. Sigue leyendo antes de contestar mentalmente… puesto que el afecto sólo se da en la cercanía. Nadie (casi) puede desarrollar afectos si no tiene oportunidad de acercarse (al otro). Por eso hay que actuar. OVJ: en lo práctico opino como tú. Tienes mucha razón, informada razón. Una política estatal correcta puede revertir la segregación urbana. Hay formas de hacerlo para disminuir los recíprocos temores a causa de las distancias segregadoras de la separación que forman “bandos” o polos de los de allá y los de “acá”... En unos por el temor (miedo) a perder lo que tienen, se llenan de alambradas, vallas eléctricas, guardias, etc. y en otros, la rabia por lo que ven que merecen y que les es negado, se produce la violencia. La segregación es expresión de violencia. De lucha ( de clases ) y qué irónico: la lucha de clases no la hace el marxismo, la hace el miedo a lo desconocido. En Santiago hasta 1940-60, más o menos, la ciudad estaba integrada. El empleado vivía cerca del patrón. Se conocían y respetaban. Y el domingo paseaban por la misma plaza, en respeto y afecto. Hoy, con la segregación y la distancia, uno "cree" saber lo que es el otro que está lejos. Y se ve obligado a imaginarlo como un "cuco" de lo que “cree” que es el "otro". Tan solo por la "clase" a que pertenece, que la iguala a la localización urbana, y la cataloga sin verdaderamente conocer a ese “otro”. Es que lo que vale es la imagen mental, todo es imagen. Imaginemos que no nos odian y así será. La dimensión humana de la ciudad y el territorio se puede lograr (se puede ir a la luna y volver) se ordena el territorio para desterrar el mutuo temor. Eso es lo que hay que recuperar: la confianza, la cercanía. La posibilidad de conocer al otro, y no sólo imaginar lo que “creo” que es el otro, mediante la generalización. ¿Enredado, no?. ...pero lo mejor es que tiene solución. Lo urgente: que si no se actúa pronto, el dolor, el resentimiento, el odio seguirán aumentando. Gracias a Camila por pensar.
Diego | 01.02.2013
Lo que me parece trágico es que lo planteado por Camila sea lo más avanzado del conocimiento sobre la ciudad. Me alarma el tono "reformista" de los articulos, como resignados a constatar las mil caras de la injusticia aspirando apenas a su maquillaje. A mi juicio el problema es de perspectiva, y es que los arquitectos, urbanistas y planificadores aun ven la ciudad desde los aviones. Pero la ciudad, y sobre todo la miseria, está aca abajo. En el fondo aun se cree que existe una estructura invisible que organiza la ciudad (mercado de suelo, estado, sociedad, etc.).
Rodolfo Manrìquez | 06.12.2012 | Socio/a 3 años y 5 meses
Al encontrarnos con todo desregulado el rico hace lo que quiere y como quiere sin contemplaciòn....el pobre hace lo que puede para sobrevivir...para que sirven entonces ministerios, intendencias, provincias, alcaldes, concejales, parlamento binominal empatado....a quien beneficia todo este desorden???....Amigos este Paìs debemos hacerlo de nuevo...
ISC | 05.12.2012
Nico, El que supera al cartonero lo supera solo en la cantidad de dinero que puede tener, pero no en el derecho a ser tratado como persona y tener lo basico pero con dignidad, tal vez siga teniendo los 35 m2 y aun asi su entorno no debiera diferir en cuanto al que rodea al "dueño de Ripley". Lamentablemente estamos bajo el control del maldito libre mercado que solo alimenta pensamietos desquiciados como el de Nico.Al leer tus palabras me doy cuenta perfectamente de quien es el verdader resentido.
ovj | 04.12.2012
Inverosímil parece que se entregue recursos para la construcción de conjuntos habitacionales, que no cuentan efectivamente con servicios, colegios, locomoción colectiva, etc.... (ver el Quisco), en sectores que presentan claro déficit de estructura urbana. Irrisorio es que la gestión del MINVU se mida por el número de subsidios otorgados, y el gasto  (de arrastre) de su presupuesto... 
ovj | 04.12.2012
Interesante artículos, interesante también la naturaleza de los comentarios y el bajo número de ellos (lamentable).. Comparto plenamente el diagnóstico y análisis, de los énfasis y efectos que tiene en la ciudad y la sociedad, la aplicación en al menos las últimas 3 décadas la política habitacional, que ha considerado la vivienda como un producto en si mismo, disonante del desarrollo social y de la estructura urbana, que no ha considerado la consolidación del actuar del estado en el desarrollo de la ciudad (claro reflejo, es la necesidad de implementar programas de recuperación de barrios, y este nuevo programa de "segunda oportunidad"). Mi parecer, habiendo trabajado en SERVIU y MINVU, es que es imposible cambiar el paradigma de la política sin una fuerte intervención del estado, que  no sólo controle la acción del privado, si no que más bien regule, direccione el "mercado" y coordine eficientemente los recursos que el estado a través de sus distintas instituciones tiene para la inversión en la ciudad. 
Carmen | 03.12.2012
Que comentario más atroz. Debió decir también . "Sabiendo el enorme desdén de los sectores altos por los sectores más desposeídos" Si usted nunca ha estado en los sectores más bajos , no puede decir esa afirmación y si solo esta en el sector más alto entonces se entiende el comentario expresado.
daviud | 30.11.2012
¿por quien doblan las campanas? las campanas siempre suenan por ti...
daviud | 30.11.2012
que comentario asqueroso. "sabiendo del enorme resentimiento de los estratos bajos por todos quienes los superan."
nico | 29.11.2012
¿Y para que queremos una sociedad mas integrada?. No porque un cartonero viva, en una vivienda de 35m2, al lado del dueño de Ripley, en una vivienda de 700m2, el cartonero va a progresar mas rapido. Ni el cartonero se va a sentir mejor, ni el dueño de Ripley. Cual es el sentido práctico y filosofico para que ambos vivan juntos sabiendo del enorme resentimiento de los estratos bajos por todos quienes los superan.
Icono de noticia

¿Algo que agregar?

Debe contener sólo valores alfabéticos
Debe llenar este campo con un e-mail válido
Revise los campos nuevamente
icono financia
¿Cómo se financia CIPER?
Ver informes de ingresos
icono apoyo
¿Cómo apoyar a CIPER?
Conoce las opciones
icono principios
Principios de CIPER
Lo que nos mueve
icono directorio
Directorio Fundación CIPER
Nuestro directorio
icono equipo
Equipo CIPER
Conócenos
icono investigacion
Investigaciones
con impacto
Revísalas
icono premios
Premios obtenidos
Ver premios
icono trofeo
Libros CIPER
Conócelos
icono trofeo
Enviar cartas y columnas
Revisa las opciones