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Comentarios (6)

Francisco Alvarez | 17.01.2015
Quiero responderle a Ruben Hidalgo, 1. Víctor Pey obtuvo 1 millón de dolares liquidando prácticamente todo su patrimonio, el precio (1,28 millones de dólares) lo acordó con su amigo Volpone, porque era lo que Pey podía pagarle por el diario, Volpone se tenía que ir del país porque su esposa lo engañó y entró en depresión (no porque Allende lo amenazó de muerte y lo obligó a venderselo usando a Pey como testaferro, como quiso hacer creer la ex esposa de Volpone para ocultar su infidelidad) el CIADI tuvo por acreditado que el dinero fue efectivamente pagado desde cuentas bancarias de Víctor Pey hacia las cuentas de Volpone. 2. La familia Allende no tiene nada que ver con la compra del Clarin, Chile nunca pudo probar eso en el CIADI, entre Pey, Volpone y Allende sólo existía una gran amistad recíproca entre los 3, nunca hicieron ningún tipo de negocio, no hay pruebas de ello, en general Chile no pudo sostener en el CIADI el montaje del año 2000 y por eso fue condenado a pagar una indemnización, o sea, Chile se disparó en los pies. 3. Escribo esta respuesta en Enero de 2015, muchos años han pasado, Chile presento un recurso de nulidad y sólo obtuvo la anulacion del monto a pagar, por haberse determinado mal el daño causado, esto significa que la "victoria" de Chile (como lo hizo ver el gobierno de Piñera) puede ser un arma de doble filo; ya que lo único que queda por determinar es cuánto le debe Chile a Pey, pero de que tendrá que pagarle, eso ya está oleado y sacramentado, al respecto Pey está pidiendo 300 millones de dolares, o sea, existe la posibilidad de que el CIADI ordene a Chile pagar más de los 10 millones de dólares a los que había condenado en un principio
flor maria durante larrain | 11.12.2013
que verguenza como siempre este sr garces y el anciano pey y su famosa fundacion allende interviniendo nuestro pais. y nos como siempre entregando dinero. hasta cuando. en que mundo vivo
Ruben Hidalgo | 26.08.2011
Me quedan tres preguntas: 1. De donde sacó Victor Pey más de un Millon de Dolares (cifra estratosférica para 1972) para comprarle el Clarin a Volpone? 2. Por qué la familia Allende aparece como beneficiaria? 3. En que quedó el anhelo de apertura del Clarin? o solo querían el dinero?
veronica | 31.01.2010
que pasa con los trabajadores que fueron finiquitados por la junta de gobierno y al menos mi padre no pudo volver a trabajar .....hay una indemnizacion ?
Clarines a ambos lados de la Cordillera: ¿firmes junto al pueblo? « dimensión mazmorra | 15.05.2008
[...] de intrigas políticas y personajes históricos, el veredicto parece un capítulo de la Historia oculta del Régimen [...]
Rafael Cárdenas | 13.05.2008
Un toque de clarín Cuando finalmente y después de 10 años de litigio se ha dictado el fallo del tribunal de CIADI que reconoce el reclamo de Victor Pey contra el Estado de Chile por la requisición del diario El Clarín tras el golpe de septiembre de 1973, se les ha acabado el tiempo a nuestros actores políticos para hacerse los lesos. Durante todo el tiempo intermedio, este ha sido uno de tantos temas silenciados por nuestra prensa duopólica, así como por la clase política, con especial desvergúenza en el caso concertacionista. Tan silenciado como los millones de dólares con que se benefició a El Mercurio y COPESA -ambos quebrados y endeudados en cifras astronómicas al término del Gobierno Militar- por la complacencia de la Administración Aylwin y con Alvaro Bardón en la presidencia sucesiva del Banco Central y el Banco del Estado, acreedor de ambos grupos (cf. Dermota, Ken, “Chile Inédito”, Ediciones B Chile S.A., 2002). La misma complacencia, hay que agregar, que mostró dicho gobierno concertacionista con el desaparecimiento de los medios independientes que habían logrado surgir en plena dictadura, como las revistas Análisis, Apsi, Cauce, Hoy, el Fortín Mapocho y el diario La Epoca. El sábado último, El Mercurio editorializaba afirmando que con el fallo de CIADI se estaría exigiendo el pago de una doble indemnización, en virtud de la indemnización -extrajudicial e inconsulta- que otorgó el Estado bajo el Gobierno de Lagos a los descendientes de Saint Marie y otros personajes, mientras se desconocían los derechos de Victor Pey al respecto. Todos sabemos que, "el que paga mal, paga dos veces". Ya veremos si se puede hacer algo respecto de aquello mal pagado, pero ese es otro asunto, que no empece en nada los derechos reconocidos al actor de esta demanda. Ahora, si el tribunal, sus miembros o su actuar, suscita suspicacias al editorialista mercurial, como muestra su texto, entonces, explicítelas y argumente al respecto. Debemos ser claros y responsabilizarnos de nuestros dichos. Si no, es mejor callar. Pero, sin duda, lo más escandaloso y vergonzante ha sido el actuar de la propia Concertación, de ausencia y complicidad, durante todo el desarrollo de este caso, que representa una batalla en pos de un mínimo grado de pluralismo en nuestros medios. No me cabe duda que este año marcará el punto de quiebre para poner fin a la transición y alcanzar por fin la dermocracia -lo que pasa por poner fin a la institucionalidad legada por la dictadura y por la aprobación de una nueva Constitución, que modifique el régimen político, como lo aprobó unánimemente el último Congreso Ideológico de la DC-, pero ello requiere de la libertad de prensa y el pluralismo del que carecemos. Lo más desilucionante de toda nuestra historia reciente post dictadura, ha sido la actitud de nuestros políticos en relación al logro de los valores democráticos. La verdad es que todos los avances nos han llegado de afuera (Comisión Church, detención de Pinochet en Londres, las cuentas en el Banco Riggs, fallos de la Corte Inteamericana de Derechos Humanos, etc.), con nuestros representantes llegando siempre atrasados a poner caras circunspectas. Somos un país de tranco lento, como nos comentaba Agustín Squella hace algunas semanas en su columna, pero lo triste de mi generación es que, tras la derrota cívica de la dictadura hace veinte años, en el plebiscito de 1988, aún no alcanzamos el nivel de democracia que teniamos antes de nuestro 11 de septiembre, la que percibimos y recordamos, pero no tuvimos edad para ser sus actores. La verdad es que los demócratas estamos hastiados y venimos aguardando desde hace tiempo este toque de clarín, porque sabemos que quien ganará con ello será la prensa nacional, la ciudadanía en general y, en definitiva, nuestra impostada, falsa y desprestigiada democracia. Es cosa de rememorar cómo cambió, para bien, El Mercurio, hace ya más de 20 años, en visperas de la aparición del diario La Época, recién autorizado, en plena dictadura, por la Corte Suprema: aumentó notablemente el espacio para cartas, se dio cabida a opiniones divergentes, mejoró sustancialmente el nivel de la crónica, nacional e internacional, multiplicándose varias veces el tamaño de esta última, etc., etc.. Finalmente, el surgimiento de El Clarín nos liberará del desagrado semanal de los miércoles de tener que desayunar con las chapucerías pinochetistas de Pérez de Arce. Ya lo leeremos más tarde. Rafael Enrique Cárdenas Ortega.
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