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Comentarios (8)

Luz Volpone Valdés | 04.02.2022
En la época que estudiaba Pedagogía en Francés en la U. De Chile en Valparaíso, yo era objeto de bromas de mis compañeros de estudio quienes Pegaban en la pizarra de clases todo lo que aparecía en El Mercurio con respecto al "VOLPONASO". Molesta me veía obligada a sacarlo y hacerlo desparecer.... De regreso a casa hablaba con mi padre, Víctor Volpone Cadtillo, y le pedía que demandara a Saint Marie, pues usaba como seudónimo un Apellido Vigente, existente... Pero nunca quiso hacerlo. Me parece Porque, en el fondo, admiraba su audacia y a su diario, el ya famoso "EL CLARIN" que "sonaba" bastante..... y demasiado para mi disgusto.... En ese entonces de política lo ignoraba todo, solo La Douce France y su Culto Lenguaje me importaban. Al punto que logré estudiar Becada en Paris, en Besançon y en Vichy. Llegando a hacer clases en el Instituto Chileno Francés de Cultura de Valparaiso y Viña del Mar. Actualmente pensionada y haciendo clases de Francés, Italiano e Inglés Britanico (Elemental ) por Zoom.
Luis Bravo Moncada | 01.07.2014
Historia burguesa, de la vida burguesa de un burgués...
pablo..911 | 13.05.2008
"SEÑORA DEMOCRACIA" Y LIBERTAD DE PRENSA...... YA, EL PUEBLO DEMOCRATICO ESTABA ECHANDO DE MENOS UN DIARIO TAN CLARO, RESPETUOSO, IMPARCIAL, COMO EL DIARIO "CLARIN" OJALA VUELVA A CIRCULAR PRONTO CON TITULOS TAN INOLVIDABLES COMO "LES VOLAMOS LA RAJA-JA-JA-JA-JA- SOBRETODO AHORA QUE SE APROXIMAN LAS ELECCIONES,VOLVERIAMOS A LOS TIEMPOS DE LA VERDADERA DEMOCRACIA QUE YA LOS CHILENOS HABIAMOS OLVIDADO............
Rafael Cárdenas | 12.05.2008
Un toque de Clarín Cuando finalmente y después de 10 años de litigio se ha dictado el fallo del tribunal de CIADI que reconoce el reclamo de Victor Pey contra el Estado de Chile por la requisición del diario El Clarín tras nuestro 11 de septiembre, se les ha acabado el tiempo a nuestros actores políticos para hacerse los lesos. Durante todo el tiempo intermedio, este ha sido uno de tantos temas silenciados por nuestra prensa duopólica, así como por la clase política, con especial desvergúenza en el caso concertacionista. Tan silenciado como los millones de dólares con que se benefició a El Mercurio y COPESA -ambos quebrados y endeudados en cifras astronómicas al término del Gobierno Militar- por la complacencia de la Administración Aylwin y con Alvaro Bardón en la presidencia sucesiva del Banco Central y el Banco del Estado, acreedor de ambos grupos (cf. Dermota, Ken, “Chile Inédito”, Ediciones B Chile S.A., 2002). La misma complacencia, hay que agregar, que mostró dicho gobierno concertacionista con el desaparecimiento de los medios independientes que habían logrado surgir en plena dictadura, como las revistas Análisis, Apsi, Cauce, Hoy, el Fortín Mapocho y el diario La Epoca. El sábado último, El Mercurio editorializaba afirmando que con el fallo de CIADI se estaría exigiendo el pago de una doble indemnización, en virtud de la indemnización -extrajudicial e inconsulta- que otorgó el Estado bajo el Gobierno de Lagos a los descendientes de Saint Marie y otros personajes, mientras se desconocían los derechos de Victor Pey al respecto. Todos sabemos que, "el que paga mal, paga dos veces". Ya veremos si se puede hacer algo respecto de aquello mal pagado, pero ese es otro asunto, que no empece en nada los derechos reconocidos al actor de esta demanda. Ahora, si el tribunal, sus miembros o su actuar, suscita suspicacias al editorialista mercurial, como muestra su texto, entonces, explicítelas y argumente al respecto. Debemos ser claros y responsabilizarnos de nuestros dichos. Si no, es mejor callar. Pero, sin duda, lo más escandaloso y vergonzante ha sido el actuar de la propia Concertación, de ausencia y complicidad, durante todo el desarrollo de este caso, que representa una batalla en pos de un mínimo grado de pluralismo en nuestros medios. No me cabe duda que este año marcará el punto de quiebre para poner fin a la transición y alcanzar por fin la dermocracia -lo que pasa por poner fin a la institucionalidad legada por la dictadura y por la aprobación de una nueva Constitución, que modifique el régimen político, como lo aprobó unánimemente el último Congreso Ideológico de la DC-, pero ello requiere de la libertad de prensa y el pluralismo del que carecemos. Lo más desilucionante de toda nuestra historia reciente post dictadura, ha sido la actitud de nuestros políticos en relación al logro de los valores democráticos. La verdad es que todos los avances nos han llegado de afuera (Comisión Church, detención de Pinochet en Londres, las cuentas en el Banco Riggs, fallos de la Corte Inteamericana de Derechos Humanos, etc.), con nuestros representantes llegando siempre atrasados a poner caras circunspectas. Somos un país de tranco lento, como nos comentaba Agustín Squella hace algunas semanas en su columna, pero lo triste de mi generación es que, tras la derrota cívica de la dictadura hace veinte años, en el plebiscito de 1988, aún no alcanzamos el nivel de democracia que teniamos antes de nuestro 11 de septiembre, la que percibimos y recordamos, pero no tuvimos edad para ser sus actores. La verdad es que los demócratas estamos hastiados y venimos aguardando desde hace tiempo este toque de clarín, porque sabemos que quien ganará con ello será la prensa nacional, la ciudadanía en general y, en definitiva, nuestra impostada, falsa y desprestigiada democracia. Es cosa de rememorar cómo cambió, para bien, El Mercurio, hace ya más de 20 años, en visperas de la aparición del diario La Época, recién autorizado, en plena dictadura, por la Corte Suprema: aumentó notablemente el espacio para cartas, se dio cabida a opiniones divergentes, mejoró sustancialmente el nivel de la crónica, nacional e internacional, multiplicándose varias veces el tamaño de esta última, etc., etc.. Finalmente, el surgimiento de El Clarín nos liberará del desagrado semanal de los miércoles de tener que desayunar con las chapucerías pinochetistas de Pérez de Arce. Ya lo leeremos más tarde. Rafael Enrique Cárdenas Ortega.
antonia | 09.05.2008
Es dificil opinar de una persona, de la cual nos llegan informaciones a 26 años de su muerte. Y de no ser por CIPER, este señor seguiría siendo un desconocido, o mas bien dicho, ni siquiera sabríamos que existió un personaje tan especial y que fue nada menos que el dueño de EL CLARIN. Este reportaje habla de una persona seducida por el poder que le daba ser el dueño del diario que representaba a dos de las tres fuerzas políticas del momento, y que fue este mismo medio el que les dió poder a las mismas. Y es a la luz de este poder que se puede entender como pudo ser amigo de personas tan diferentes como Frei y Allende y Carlos Ibañes del Campo, o es que estos señores fueron diferentes sólo en apariencias. Lo que si me queda super claro es que todos estos señores políticos supieron sacarle harto partido a esta amistad, pues mientras Sainte Marie ganaba dinero con la popularidad de su diario, ellos se daban exquisitos banquetes sin costo alguno, y además ganaban elecciones y se hacían famosos ante todo el mundo y podían manejar la política nacional bien a su antojo. Por otra parte me pregunto, ¿que contenían esas cartas de Allende?, y ¿que cosa relataban sus memorias? y por último ¿a quien no le convenía que estos documentos no vieran la luz pública, y los hizo desaparecer?. Por último, me complacería mucho que existiera un diario que tenga las suficientes agallas para enrostrarle su mal proceder a toda la clase política chilena y no sólo a la derecha. No es que yo pretenda defender a la derecha, pero lo que mas me molesta es que tanto la democracia cristiana como toda la izquierda, desde que se formaron como partidos (y no me refiero a 1990), siempre usaron como bandera de lucha la defensa del "pueblo oprimido por los ricos", y sin embargo cuando accedieron al poder, lo único que han hecho muy bien es comportarse como aquellos ricos y al "pueblo oprimido" sólo le han tirado migajas de consuelo. ¿Que moral y que ética pueden tener los políticos que viven creyendose mejor que los demás, y que cuando acceden al poder se comportan peor que los demás?. Si se creen mejor, deben actuar comforme a ello, y si no son unos mentirosos e hipócritas. Claro, con EL CLARIN habrá pluralidad, pero ¿habrá objetividad?. Ojalá no sea un diario politiquero mas.
Mauricio Canales | 05.05.2008
Nada mas que agraderecer los puntos de vista de Rafael Cardenas los cuales comparto en su totalidad.Agradezco que gente como usted opine sin censura algo que opinamos muchisimos chilenos que amamos la libertad de expresion que en nuestro pais no existe al estar subordinados a dos grupos periodisticos que todos identificamos.
Tamara Rodriguez P. | 02.05.2008
El titular de este reportaje habla de "dos cartas manuscritas de Allende dirigidas a Fidel Castro", cambiando los términos del testamento de Darío Sainte-Marie, que dice:"dos cartas manuscritas que dirigió don Salvador Allende al testador". Respeten lo que testimonia este testamento, sin margen de error. Tamara Rodriguez P.
Rafael Cárdenas | 30.04.2008
El Clarín Cuando nos hallarnos ad portas de un fallo de CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, dependiente del Banco Mundial), condenando al Estado de Chile a indemnizar a Victor Pey por la pérdida del diaro El Clarín, que le fue confiscado por la dictadura militar tras el golpe de septiembre de 1973, recién empieza a surgir una nerviosa, parcial e interesada entrega de información por parte de nuestra prensa duopólica sobre un tema que, previamente, aquélla se había preocupado de mantener vergonzosamente silenciado por años. Tan silenciado como los millones de dólares con que se benefició El Mercurio y COPESA, ambos quebrados y endeudados en cifras astronómicas al término del Gobierno Militar, por la complacencia de la Administración Aylwin y con Alvaro Bardón en la presidencia sucesiva del Banco Central y el Banco del Estado, acreedor de ambos grupos (cf. Dermota, Ken, “Chile Inédito”, Ediciones B Chile S.A., 2002). Como Pey se ha comprometido pública y reiteradamente a destinar la indemnización demandada a la reapertura de El Clarín, esto amenaza el status quo de absoluta pobreza informativa y total falta de pluralismo que nos significa la actual concentración de la prensa nacional. Sin embargo, hay que decir que quien ganará con ello será, precisamente, la prensa nacional, así como nosotros los ciudadanos y, en definitiva, nuestra impostada y desprestigiada democracia. Es cosa de rememorar cómo cambió, para bien, El Mercurio, hace ya más de 20 años, en visperas de la aparición del diario La Época, recién autorizado por la Corte Suprema: aumentó notablemente el espacio para cartas, se dio cabida a opiniones divergentes, mejoró sustancialmente el nivel de la crónica, nacional e internacional, multiplicándose varias veces el tamaño de esta última, etc., etc.. Al margen de que aún no hayamos alcanzado una democracia en serio, en que se dé el gobierno de la mayoría y no el cogobierno de aquélla con una minoría sobrerepresentada, merced a una institucionalidad ad hoc legada por la dictadura, hay que recordarle a nuestra autocomplaciente y extraviada clase política que tampoco resulta posible una situación de Estado de Derecho y democracia plena mientras no exista un verdadero pluralismo en un escenario de la más amplia libertad de prensa, lo que estamos lejos de cumplir. Muy por el contrario, con la excepción de Cuba, exhibimos la prensa más pobre del Continente Americano, con menos pluralismo que el que se daba durante la dictadura, con diversos semanarios (Apsi, Análisis, Cauce, Hoy), el Fortín Mapocho y el diario La Época, todos desaparecidos con el beneplácito de la coalición gobernante al inicio de la Transición. Como bien destaca el ya citado investigador norteamericano Ken Dermota, mientras en Estados Unidos (así como en las principales democracias occidentales) la libertad de prensa y el pluralismo constituyen basamentos fundamentales e imprescindibles de la democracia y el Rule of Law, en nuestro país, en cambio, se los considera como “la guinda de la torta”, i.e., como un plus deseable, pero que no representa un pre requisito o conditio sine qua non de la democracia. En nuestra democracia de mentira, en tanto, dicho mercado está restringido a dos gigantes -a los que los gobiernos concertacionistas se han rendido- que comparten un ideario político de derecha, sirviendo a una misma "Tribu", en palabras del Presidente Lagos. Se trata de los "Rupert Murdoch" de estas latitudes, que no dejan espacio alguno y asfixian al primer asomo de disidencia entre nuestros medios, como ocurrió con el Diario Siete, al que COPESA no se asoció para fomentar el pluralismo, sino para impedirlo a corto o mediano plazo (me consta que no lo distribuía en ciudades como Concepción), mediante un vergonzoso acto de fagocitosis. Otro acontecimiento reciente en el mismo sentido está en la adquisición del diario El Sur de Concepción por El Mercurio. Desgraciadamente, vivimos a merced de estos nefandos personajes, que a diario nos humillan como ciudadanos y nos averguenzan como nación... y todo ello con el amén y complicidad de nuestros desprestigiados representantes. Rafael Enrique Cárdenas Ortega.
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